Victoria de Valo
Usuario poco activo
Hay algo que me gustaría compartir con ustedes. Ha sido difícil compartirlo con otras personas porque siempre es complicado cuando te juzgan y además no tengo nadie que realmente entienda por lo que estoy pasando, no porque sea algo que a nadie le pasa, sino porque mis reacciones son diferentes, simplemente.
Creo que ustedes podrán entenderme, así que ahí va:
Nunca he podido establecer una relación de pareja con nadie. Al principio era demasiado chica y los hombres no se atrevían y luego yo ya no sabía cómo relacionarme con ellos. Cuando llegué a la preparatoria (vocacional o 3 años antes de la universidad, como quieran llamarle en otros países) me enamoré de un chico. Yo tenía 15 años, él 17 y por tonterías no se dió la relación. Les platico este hito de mi vida, que duró 4 años y medio porque es el antecedente.
Mientras estuve enamorada de este chico, o obsesionada, en esos 4 años y medio, no pude estar con nadie más emocionalmente porque no sentía nada, sólo pensaba en él repetidas veces, hasta el punto de que mi psiquiatra dijo que tenía TOC (trastorno obsesivo-compusivo)
Yo siempre pensé que nunca lo tuve, porque no concordaba lo que yo investigué con lo que me pasaba pero el psiquiatra nunca me hizo caso. Y a mí me subían más la dosis de medicamento pero sólo empeoraba, no mejoraba.
Luego de eso fue que pasó lo de mi primer crisis que no pude controlar y me llevó al hospital y luego se dio que este chico y yo empezaramos a hablar bien después de tanta incomprensión y cosas extrañas que realmente no les estoy contando porque, aunque en su momento fue la cosa más importante en mi vida, como les digo, esto es el antecedente. Otro día hablaré de esta historia si alguien la quiere leer o si yo la puedo contar porque está encarnada en mi psique y contarla es como volverle a meter bisturí a algo que ya se cerró.
Abreviaré explicando que después de un tiempo de ilusionarme pensando que quizá algo que pensé que era imposible quizá podía pasar, pasaría.
Y luego él anunció que tenía novia.
L@s que hayan pasado por un intento de suicidio saben más o menos cómo me sentí entonces. No era sólo el desengaño amoroso: he soportado peores cosas. Pero yo estaba en ese momento (ya en la universidad) en una carrera que no me gustaba, no sabía qué hacer con mi vida y pensé que este chico era el pilar desde el que podía reconstruir mi vida. Era un error, incluso aunque las cosas pasaran como yo quería, lo sé, pero eso era lo que sentía. Tantos años de un sufrimiento que no puedo ni describir, creyendo que lo que sentía era producto de una enfermedad y de repente me dicen que no tengo TOC que soy bipolar, tantas cosas que quedaron reprimidas y de repente el chico que amo me habla después de que lo asusté tanto y tan repetidas veces por mis conductas extrañas...
En resumen, me desmoroné y me intenté suicidar. Ya no lo soportaba. Estaba sola y siempre lo he estado pero nunca había sido tan duro como en ese momento que pensé que no podía volver a interesarme por nadie ni nadie podía interesarse por mí.
Cuando desperté en el hospital me hicieron muchas preguntas, mi madre lloraba, mi padre no sabía ni qué hacer, tenía en mis manos unas heridas bastante feas que ni siquiera recuerdo haberme causado y lo peor: SEGUÍA viva.
No quería estarlo. Nada había cambiado. ¿Por qué no me moría?
Me llevaron al psiquiátrico. Mi trauma en ese momento era que no podía hablar con nadie, de nada. No sabía cómo mantener una conversación, no sabía cómo llevarme con nadie.
Así que me esforcé en hablar, tratando de hacer por lo menos el intento para no sentirme patética.
Salí del psiquiátrico con la misma idea de matarme. Pedí prestado para una pistola y mientras se iban sucediendo los días y seguía ahorrando para este arma (que acá en México no se consiguen como en EUA) la gente empezó a hablarme de lo mal que estaba el suicidio y dándome racimos de esperanzas para seguir viviendo.
Seguí con vida porque el antidepresivo estaba funcionando y porque empecé a darme cuenta que empezaba a recuperar la sensibilidad suficiente para percatarme de lo bello, algo que durante años no podía ver.
No sé si a ustedes les pasa pero durante toda mi adolescencia y hasta hace un par de años, veía todo distorsionado. Todo me parecía tan feo y tan terrible... y sentía tanto dolor. Nada desvanecía el frío que tenía en el alma. Nada me ayudaba a sentir mejor, no tenía paz ni tranquilidad.
Ahora ya veo algunas otras cosas. Suelo decir ahora que mi mejor don es que veo la luz y la oscuridad en las cosas. Ya ha pasado tiempo desde mis intentos de suicidio y me siento mejor.
¿Éste es el trauma? ¿O por qué lo cuento?
No es el trauma que quiero contar, pero tiene mucho que ver. Es para que entiendan mi situación.
Hace como 8 meses, yo estaba deseosa de encontrar el amor. No sólo de amar como desesperadamente hice por casi 5 años sino también quería ser amada como todo el mundo. Odín, me sentía tan sola. No quería eso más.
Busqué en mi nuevo trabajo y él llegó de la nada. Mayor que yo por 8 años pero inteligente, culto, agradable. Percibía que él era diferente, también. Pero parecía receptivo así que empecé hablar con él.
Lo que definió mi decisión de intentarlo fue su condición: es epiléptico. Dije ¡Diablos! Aquí alguien que puede entenderme. No conozco mucha gente con una enfermedad mental con la que pueda entenderme. Y yo podía entenderle un poco porque mi madre es epiléptica.
No es la carta de presentación de ningún buen partido pero ustedes me entienden. Una tiene TLP y estoy casi segura que ninguna esperamos que el príncipe mayor venga por nosotras. O la princesa perfecta venga por vosotros. En fin, que me pareció buena idea.
Lo invité a salir. Terminamos quedando en su casa. Y él era raro y fascinante y lo mejor es que me sentía maravillosa a su lado. No fingía ser nada y parecía que él no fingía conmigo.
Él inició el contacto físico, primero abrazándome repetidamente por detrás y luego acostándose entre mis piernas mientras veíamos una película. Fue él quien me besó primero. Tuvimos intimidad y aquí debo comentar que yo tengo muchos problemas en ese sentido porque me siento muy mal después de estar con alguien.
Con él no sucedió así. Fue un sueño.
Al día siguiente pregunté que éramos. Me da pena confesarlo porque ya sé lo que se suele decir que es una pregunta un poco idiota sea cual sea la respuesta. Él me dijo que seguíriamos igual que antes, confiando en el otro.
Supe que debíamos alejarnos aunque me doliera. Pero no aguanté mucho. Seguimos saliendo y hablando y al final parecía que él no quería una relación como las demás, no quería un compromiso ni jamás sentaría cabeza y me lo hizo saber desde el principio.
Acordé seguir adelante en esa relación. No era lo que yo quería realmente, pero era lo que tenía. Y graben mis palabras ahora, porque las necesitarán para el final.
Las señales estaban ahí, yo las veía pero me decía que lo bueno me hacía quedarme. Pero poco a poco las cosas fueron poniéndose peor.
El primer quiebre grave cuando decidí dejarlo de nuevo, fue cuando una transexual se le sentó en las piernas. La chica era bonita y trabajaba con nosotros: sabía que algo pasaba entre nosotros, todos lo sabían pero ellos tenían una actitud de atraerse que yo me aguantaba porque él no quería compromisos. Pero cuando los vi ahí, casi besándose, yo no lo pude soportar y se lo dije a él, le dije que no me parecía bien
Me dijo, "¿Cómo puede lastimarte algo que me hace feliz?"
No dormí en dos días. Decidí regresarle su súeter (me había quedado en su casa como se empezaba a hacer costumbre y un día me lo prestó para que no tuviera frío) y largarme.
Pero no aguanté la semana. Me dolía tanto, sentía que me faltaba algo, mi vida me parecía tan vacía sin él.
Regresé. En su casa él me dijo "¿por qué ibas a dejarme?" Y algo más, yo siempre le había dicho que lo quería pero nunca lo induje a que él lo hiciera ni lo presioné ni nada. Ese día él me lo dijo. Y parecía sincero.
También me dijo que si yo no era tan demandante, se portaría bien. Lo dijo como si fuera una promesa.
Y seguimos.
Me soplé su relación con la chica transexual aunque no le hablaba porque no la soportaba. Él y yo seguimos juntos dando tumbos y ahora que lo pienso, fui su estúpida desde el principio porque el afecto si puede llamarse así, sólo estaba cuando él quería. Cuando él no quería, aunque yo le pidiese un beso, nunca me lo daba.
Ni siquiera podía decir que andaba con alguien pues, ¿Qué clase de compromiso nos unía?
Pero ojo, que el hecho de "no somos nada" sólo aplicaba de mi para él pues recuerdo que en una ocasión, harta, me largué a comer y había un hombre sentado en la única mesa disponible.
Era guapo y agradable. Empezamos a charlar y nos caímos bien. Me estaba riendo de algo cuando de pronto alzó la mirada y si, tal como imaginan, era mi pseudopareja.
Ni saludó. Se sentó en la mesa, venía con una amiga, se disculpó por la interrupción y se puso a platicar. Yo estaba furiosa. El otro hombre notó mis sentimientos y no tardó en despedirse porque además mi pseudopareja lo estuvo presionando sutilmente para que lo hiciera.
Nunca he sido buena expresando mi rabia así que la refrené. Cuando el hombre se fue y regresó la amiga que venía con mi pseudopareja (que oportunamente se había ido por no sé qué) decidí dejarlos solos a los dos e irme.
Él me dijo, aunque jamás hacía alusión a eso cuando estaba alguien más: "¿Me quieres?"
Fui estúpida. Le dije que sí.
Ese día tuve que salirme del trabajo porque me bajó la presión del coraje que pasé.
Después de eso, seguimos con lo nuestro aunque él se quejaba de que yo demandaba demasiado. Un día que habíamos decidido irnos a su casa después del trabajo, le dio una convulsión.
Vino directo hacía mí para después desplomarse. Todos avisaron al médico y me dejaron llevarlo a su casa.
Nos bañamos juntos. Pero él no me prestó cobijas para taparme en la misma cama y me estaba muriendo de frío.
Me quejé. Él no dijo nada.
A esas alturas empezaba a notar obviamente que nada de eso convenía pero ya sabía lo que pasaba cuando intentaba dejarlo así que ni lo intenté.
Las cosas parecieron mejorar después de eso, él parecía más atento, nos llevábamos estupendamente. Me sentía en paz a su lado.
Y entonces las cosas se torcieron. Invitó a salir a una de mis mejores amigas.
Cuando ella me lo contó, me salí del trabajo (pedí permiso) y fui a verlo. No estaba y pasé el día con su padre.
Su padre parecía ser buena persona. Siempre me trataba bien. Y ¿saben lo que me dijo?
"Mi hijo no es un buen partido. Lamento decirlo, pero así es. No quiero verte sufrir. Como amigos, están bien..."
Finalmente, el hijo llegó. Hablamos. Me dijo muchas cosas que prefiero no recordar del todo, entre ellas que yo no le resultaba atractiva físicamente.
Al día siguiente, incluso con el estímulo del padre de mi pseudopareja a hacer música juntos, preferí marcharme.
No volví en un mes, no quería volver.
Pero un día me invitó a salir el novio de la misma amiga que mi pseudopareja había invitado a salir y salí. Y tuvimos sexo. Y me sentí miserable. Y volví al mismo caos.
Esa vez fue peor todavía. Empezó bien, como todo. Una paz hermosa, lo que parecía ser mucho amor, él incluso parecía haberme extrañado. Palabras bonitas, temor a que no durara pero una esperanza cuando él incluso dijo que parecía ser parte de su familia.
Dos semanas más tarde, por facebook, me lo dijo:
- No le resultaba atractiva físicamente, ni le parecía hermosa ni encantadora, se había esforzado en quererme pero le hacía difícil estar conmigo físicamente.
- No éramos novios ni nada parecido por eso mismo porque sólo sentía afinidad por mí.
- Que no intentara controlar sus sentimientos o cambiarlos porque no iba a poder.
- Que no me comportara como una quinceañera enamorada y que dejara que la relación surgiera fácil y natural.
- Estaba conmigo porque era lo que tenía.
Grité. Estaba sola en casa, afortunadamente y sentí tanto dolor que grité y grité y volví a gritar. No sé cómo, conseguí no volverme loca.
Hace un mes y medio de eso. Durante el primer mes, apenas podía mirarme al espejo. Necesito tener maquillaje para no sentirme tan fea y esas cosas.
Y aparte hubo un riesgo de haberme quedado embarazada del novio de mi mejor amiga.
Hablé con mi psicológo después de eso. Me hizo sentir mejor, me tranquilizó. Y entonces decidí que ya era suficiente.
Ha pasado mes y medio y ¿Saben cuál es la razón por la que no he vuelto?
Porque cada vez que pienso en eso (que es a menudo) o me acuerdo de un momento entre ambos, me dan ganas de vomitar.
Y lo peor no es eso. Se ha vuelto a poner en contacto por facebook, dos veces.
Quiere que regrese.
No es suficiente para él haberme deshecho. Quiere seguir haciéndolo
Ahora me concentro más en mí como me recomienda mi terapeuta pero la verdad es que a veces no puedo evitar odiarlo. Y luego odiarme a mí misma.
Es horrible.
Creo que ustedes podrán entenderme, así que ahí va:
Nunca he podido establecer una relación de pareja con nadie. Al principio era demasiado chica y los hombres no se atrevían y luego yo ya no sabía cómo relacionarme con ellos. Cuando llegué a la preparatoria (vocacional o 3 años antes de la universidad, como quieran llamarle en otros países) me enamoré de un chico. Yo tenía 15 años, él 17 y por tonterías no se dió la relación. Les platico este hito de mi vida, que duró 4 años y medio porque es el antecedente.
Mientras estuve enamorada de este chico, o obsesionada, en esos 4 años y medio, no pude estar con nadie más emocionalmente porque no sentía nada, sólo pensaba en él repetidas veces, hasta el punto de que mi psiquiatra dijo que tenía TOC (trastorno obsesivo-compusivo)
Yo siempre pensé que nunca lo tuve, porque no concordaba lo que yo investigué con lo que me pasaba pero el psiquiatra nunca me hizo caso. Y a mí me subían más la dosis de medicamento pero sólo empeoraba, no mejoraba.
Luego de eso fue que pasó lo de mi primer crisis que no pude controlar y me llevó al hospital y luego se dio que este chico y yo empezaramos a hablar bien después de tanta incomprensión y cosas extrañas que realmente no les estoy contando porque, aunque en su momento fue la cosa más importante en mi vida, como les digo, esto es el antecedente. Otro día hablaré de esta historia si alguien la quiere leer o si yo la puedo contar porque está encarnada en mi psique y contarla es como volverle a meter bisturí a algo que ya se cerró.
Abreviaré explicando que después de un tiempo de ilusionarme pensando que quizá algo que pensé que era imposible quizá podía pasar, pasaría.
Y luego él anunció que tenía novia.
L@s que hayan pasado por un intento de suicidio saben más o menos cómo me sentí entonces. No era sólo el desengaño amoroso: he soportado peores cosas. Pero yo estaba en ese momento (ya en la universidad) en una carrera que no me gustaba, no sabía qué hacer con mi vida y pensé que este chico era el pilar desde el que podía reconstruir mi vida. Era un error, incluso aunque las cosas pasaran como yo quería, lo sé, pero eso era lo que sentía. Tantos años de un sufrimiento que no puedo ni describir, creyendo que lo que sentía era producto de una enfermedad y de repente me dicen que no tengo TOC que soy bipolar, tantas cosas que quedaron reprimidas y de repente el chico que amo me habla después de que lo asusté tanto y tan repetidas veces por mis conductas extrañas...
En resumen, me desmoroné y me intenté suicidar. Ya no lo soportaba. Estaba sola y siempre lo he estado pero nunca había sido tan duro como en ese momento que pensé que no podía volver a interesarme por nadie ni nadie podía interesarse por mí.
Cuando desperté en el hospital me hicieron muchas preguntas, mi madre lloraba, mi padre no sabía ni qué hacer, tenía en mis manos unas heridas bastante feas que ni siquiera recuerdo haberme causado y lo peor: SEGUÍA viva.
No quería estarlo. Nada había cambiado. ¿Por qué no me moría?
Me llevaron al psiquiátrico. Mi trauma en ese momento era que no podía hablar con nadie, de nada. No sabía cómo mantener una conversación, no sabía cómo llevarme con nadie.
Así que me esforcé en hablar, tratando de hacer por lo menos el intento para no sentirme patética.
Salí del psiquiátrico con la misma idea de matarme. Pedí prestado para una pistola y mientras se iban sucediendo los días y seguía ahorrando para este arma (que acá en México no se consiguen como en EUA) la gente empezó a hablarme de lo mal que estaba el suicidio y dándome racimos de esperanzas para seguir viviendo.
Seguí con vida porque el antidepresivo estaba funcionando y porque empecé a darme cuenta que empezaba a recuperar la sensibilidad suficiente para percatarme de lo bello, algo que durante años no podía ver.
No sé si a ustedes les pasa pero durante toda mi adolescencia y hasta hace un par de años, veía todo distorsionado. Todo me parecía tan feo y tan terrible... y sentía tanto dolor. Nada desvanecía el frío que tenía en el alma. Nada me ayudaba a sentir mejor, no tenía paz ni tranquilidad.
Ahora ya veo algunas otras cosas. Suelo decir ahora que mi mejor don es que veo la luz y la oscuridad en las cosas. Ya ha pasado tiempo desde mis intentos de suicidio y me siento mejor.
¿Éste es el trauma? ¿O por qué lo cuento?
No es el trauma que quiero contar, pero tiene mucho que ver. Es para que entiendan mi situación.
Hace como 8 meses, yo estaba deseosa de encontrar el amor. No sólo de amar como desesperadamente hice por casi 5 años sino también quería ser amada como todo el mundo. Odín, me sentía tan sola. No quería eso más.
Busqué en mi nuevo trabajo y él llegó de la nada. Mayor que yo por 8 años pero inteligente, culto, agradable. Percibía que él era diferente, también. Pero parecía receptivo así que empecé hablar con él.
Lo que definió mi decisión de intentarlo fue su condición: es epiléptico. Dije ¡Diablos! Aquí alguien que puede entenderme. No conozco mucha gente con una enfermedad mental con la que pueda entenderme. Y yo podía entenderle un poco porque mi madre es epiléptica.
No es la carta de presentación de ningún buen partido pero ustedes me entienden. Una tiene TLP y estoy casi segura que ninguna esperamos que el príncipe mayor venga por nosotras. O la princesa perfecta venga por vosotros. En fin, que me pareció buena idea.
Lo invité a salir. Terminamos quedando en su casa. Y él era raro y fascinante y lo mejor es que me sentía maravillosa a su lado. No fingía ser nada y parecía que él no fingía conmigo.
Él inició el contacto físico, primero abrazándome repetidamente por detrás y luego acostándose entre mis piernas mientras veíamos una película. Fue él quien me besó primero. Tuvimos intimidad y aquí debo comentar que yo tengo muchos problemas en ese sentido porque me siento muy mal después de estar con alguien.
Con él no sucedió así. Fue un sueño.
Al día siguiente pregunté que éramos. Me da pena confesarlo porque ya sé lo que se suele decir que es una pregunta un poco idiota sea cual sea la respuesta. Él me dijo que seguíriamos igual que antes, confiando en el otro.
Supe que debíamos alejarnos aunque me doliera. Pero no aguanté mucho. Seguimos saliendo y hablando y al final parecía que él no quería una relación como las demás, no quería un compromiso ni jamás sentaría cabeza y me lo hizo saber desde el principio.
Acordé seguir adelante en esa relación. No era lo que yo quería realmente, pero era lo que tenía. Y graben mis palabras ahora, porque las necesitarán para el final.
Las señales estaban ahí, yo las veía pero me decía que lo bueno me hacía quedarme. Pero poco a poco las cosas fueron poniéndose peor.
El primer quiebre grave cuando decidí dejarlo de nuevo, fue cuando una transexual se le sentó en las piernas. La chica era bonita y trabajaba con nosotros: sabía que algo pasaba entre nosotros, todos lo sabían pero ellos tenían una actitud de atraerse que yo me aguantaba porque él no quería compromisos. Pero cuando los vi ahí, casi besándose, yo no lo pude soportar y se lo dije a él, le dije que no me parecía bien
Me dijo, "¿Cómo puede lastimarte algo que me hace feliz?"
No dormí en dos días. Decidí regresarle su súeter (me había quedado en su casa como se empezaba a hacer costumbre y un día me lo prestó para que no tuviera frío) y largarme.
Pero no aguanté la semana. Me dolía tanto, sentía que me faltaba algo, mi vida me parecía tan vacía sin él.
Regresé. En su casa él me dijo "¿por qué ibas a dejarme?" Y algo más, yo siempre le había dicho que lo quería pero nunca lo induje a que él lo hiciera ni lo presioné ni nada. Ese día él me lo dijo. Y parecía sincero.
También me dijo que si yo no era tan demandante, se portaría bien. Lo dijo como si fuera una promesa.
Y seguimos.
Me soplé su relación con la chica transexual aunque no le hablaba porque no la soportaba. Él y yo seguimos juntos dando tumbos y ahora que lo pienso, fui su estúpida desde el principio porque el afecto si puede llamarse así, sólo estaba cuando él quería. Cuando él no quería, aunque yo le pidiese un beso, nunca me lo daba.
Ni siquiera podía decir que andaba con alguien pues, ¿Qué clase de compromiso nos unía?
Pero ojo, que el hecho de "no somos nada" sólo aplicaba de mi para él pues recuerdo que en una ocasión, harta, me largué a comer y había un hombre sentado en la única mesa disponible.
Era guapo y agradable. Empezamos a charlar y nos caímos bien. Me estaba riendo de algo cuando de pronto alzó la mirada y si, tal como imaginan, era mi pseudopareja.
Ni saludó. Se sentó en la mesa, venía con una amiga, se disculpó por la interrupción y se puso a platicar. Yo estaba furiosa. El otro hombre notó mis sentimientos y no tardó en despedirse porque además mi pseudopareja lo estuvo presionando sutilmente para que lo hiciera.
Nunca he sido buena expresando mi rabia así que la refrené. Cuando el hombre se fue y regresó la amiga que venía con mi pseudopareja (que oportunamente se había ido por no sé qué) decidí dejarlos solos a los dos e irme.
Él me dijo, aunque jamás hacía alusión a eso cuando estaba alguien más: "¿Me quieres?"
Fui estúpida. Le dije que sí.
Ese día tuve que salirme del trabajo porque me bajó la presión del coraje que pasé.
Después de eso, seguimos con lo nuestro aunque él se quejaba de que yo demandaba demasiado. Un día que habíamos decidido irnos a su casa después del trabajo, le dio una convulsión.
Vino directo hacía mí para después desplomarse. Todos avisaron al médico y me dejaron llevarlo a su casa.
Nos bañamos juntos. Pero él no me prestó cobijas para taparme en la misma cama y me estaba muriendo de frío.
Me quejé. Él no dijo nada.
A esas alturas empezaba a notar obviamente que nada de eso convenía pero ya sabía lo que pasaba cuando intentaba dejarlo así que ni lo intenté.
Las cosas parecieron mejorar después de eso, él parecía más atento, nos llevábamos estupendamente. Me sentía en paz a su lado.
Y entonces las cosas se torcieron. Invitó a salir a una de mis mejores amigas.
Cuando ella me lo contó, me salí del trabajo (pedí permiso) y fui a verlo. No estaba y pasé el día con su padre.
Su padre parecía ser buena persona. Siempre me trataba bien. Y ¿saben lo que me dijo?
"Mi hijo no es un buen partido. Lamento decirlo, pero así es. No quiero verte sufrir. Como amigos, están bien..."
Finalmente, el hijo llegó. Hablamos. Me dijo muchas cosas que prefiero no recordar del todo, entre ellas que yo no le resultaba atractiva físicamente.
Al día siguiente, incluso con el estímulo del padre de mi pseudopareja a hacer música juntos, preferí marcharme.
No volví en un mes, no quería volver.
Pero un día me invitó a salir el novio de la misma amiga que mi pseudopareja había invitado a salir y salí. Y tuvimos sexo. Y me sentí miserable. Y volví al mismo caos.
Esa vez fue peor todavía. Empezó bien, como todo. Una paz hermosa, lo que parecía ser mucho amor, él incluso parecía haberme extrañado. Palabras bonitas, temor a que no durara pero una esperanza cuando él incluso dijo que parecía ser parte de su familia.
Dos semanas más tarde, por facebook, me lo dijo:
- No le resultaba atractiva físicamente, ni le parecía hermosa ni encantadora, se había esforzado en quererme pero le hacía difícil estar conmigo físicamente.
- No éramos novios ni nada parecido por eso mismo porque sólo sentía afinidad por mí.
- Que no intentara controlar sus sentimientos o cambiarlos porque no iba a poder.
- Que no me comportara como una quinceañera enamorada y que dejara que la relación surgiera fácil y natural.
- Estaba conmigo porque era lo que tenía.
Grité. Estaba sola en casa, afortunadamente y sentí tanto dolor que grité y grité y volví a gritar. No sé cómo, conseguí no volverme loca.
Hace un mes y medio de eso. Durante el primer mes, apenas podía mirarme al espejo. Necesito tener maquillaje para no sentirme tan fea y esas cosas.
Y aparte hubo un riesgo de haberme quedado embarazada del novio de mi mejor amiga.
Hablé con mi psicológo después de eso. Me hizo sentir mejor, me tranquilizó. Y entonces decidí que ya era suficiente.
Ha pasado mes y medio y ¿Saben cuál es la razón por la que no he vuelto?
Porque cada vez que pienso en eso (que es a menudo) o me acuerdo de un momento entre ambos, me dan ganas de vomitar.
Y lo peor no es eso. Se ha vuelto a poner en contacto por facebook, dos veces.
Quiere que regrese.
No es suficiente para él haberme deshecho. Quiere seguir haciéndolo
Ahora me concentro más en mí como me recomienda mi terapeuta pero la verdad es que a veces no puedo evitar odiarlo. Y luego odiarme a mí misma.
Es horrible.
