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Diario de las sesiones con el psicólogo

Sesión 32:

Hoy hemos dedicado bastantes minutos a hablar sobre varias cosas que me dijo ayer la psicóloga del programa de prevención del suicidio. Me dijo cosas como que el trastorno de personalidad que tengo es la base de mi personalidad (y no al revés, que es lo más lógico); que los trastornos de personalidad son rígidos; y bueno, otras que si bien no recuerdo sus palabras, sí me acuerdo del mensaje que me transmitieron que fueron básicamente que el pasado ya no importa, que lo que tengo que hacer es ponerme a hacer algo ya, incluyendo ponerme una fecha para la vuelta al trabajo (y eso que sabe, o debería de saber, que estoy pasando por la que es una de las peores etapas de mi vida). También dijo que cuanto más tiempo pasase de baja, más miedo tendría al volver.

Yo a ella le dije: ''mi psicólogo opina justo lo contrario, que no estoy preparada para volver''. Y me respondió: ''yo también soy psicóloga y...'' (no recuerdo qué dijo; mi memoria falla mucho). Recuerdo que sentí que le había ofendido, así que enseguida le comenté que yo solo quería saber su opinión. Y no sé, si pudiera pediría el alta voluntaria, porque cada semana tengo que ir, como mínimo, a una cita con algún profesional (psicóloga y/o enfermera de la unidad de salud mental; psiquiatra y psicóloga del programa de prevención del suicidio), y estoy muy cansada. Les digo prácticamente lo mismo a las 4, y esto también me afecta, porque me duele recordar las crisis una y otra y vez. A este respecto el psicólogo me ha dicho que el hecho de repetir más o menos lo mismo me sirve para darle cada vez más credibilidad, y que incluso no dude en hacerme la victimista si lo veo necesario.

Por cierto, yo estaba muy preocupada si me estaba acomodando al dolor que siento, que sé que este es real, pero no quiero adoptar el rol de victimista. Y me ha dicho que no está sucediendo, porque intento hacer cosas para mantenerme activa todos los días; incluso aunque mi cuerpo me pida estar en la cama, me presiono un poco para hacer algo: tocar el piano, el puzzle, etc. Una persona victimista no haría nada.

Me ha propuesto tres ejercicios:

  • Imaginación: cuando me sienta mal, como en una crisis por ejemplo, imaginarme con todo lujo de detalles el momento más alegre que tuve. Puede ser el abrazo que me ha dado hoy mi madre, el abrazo que le di a mi gata ayer,...
  • Ir dejando atrás el miedo a salir sola: para eso, me ha dicho de que vaya caminando y hablando por teléfono con alguien a la vez. Yo le he dicho que este fin de semana pasado empecé a escuchar un audiolibro mientras caminaba, y me fue bien.
  • Lista de cosas, situaciones, etc. positivas: en realidad la idea fue mía, pero lo escribí en el autorregistro y él me ha dicho que la fuera haciendo porque me vendría muy bien para ver que no todo en mi día a día es negativo.
Y por curiosidad, le pregunté que subtipo de TLP tengo, pero le he dicho: es curiosidad, si no quieres no me lo digas.
Me responde: ¿por qué no iba a decírtelo?

Y luego me dijo que estaba de acuerdo conmigo, en que mi TLP de base es el de alto funcionamiento (o el invisible, como también se le llama), pero ahora está derivando al TLP autodestructivo (los pensamientos negativos están cada día en la mente, no tengo ganas de nada, no tengo esperanzas ni fuerzas para pensar en el futuro porque no sé si existirá dicho futuro, etc...).

No me gustan la etiquetas, pero como digo, tenía curiosidad. No cambia absolutamente nada, pero sí que me va a ayudar a conocerme un poco más. Os dejo el enlace del vídeo que hizo sobre dicho subtipo, por si sentís curiosidad:

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El viernes tengo la próxima revisión de la baja, y voy a decirle que eso, que no estoy bien además de otras cosas como las autolesiones o los pensamientos suicidas, porque necesito más tiempo...

Un abrazo.
 
Una pregunta, te da herramientas tu psicólogo para luchar contra los pensamientos negativos?

Te pregunto porque leyendo me d ala impresión de que te explica muchas cosas pero no sé si pone remedios a esas cosas que te explica, que reafirma porque tú piensas.

Victimizarse no es sólo no hacer nada, es sentirse víctima.

Nosotros no podemos decir que nos sentimos bien o mal en terapia, sino que tenemos que nombrar la emoción que sentimos.

Tienes la rueda de las emociones ? Si no, te recomiendo que busques una y que verás que hay 6 emociones primarias de las que derivan muchas secundarias.

También trabajamos la rueda de la vida y el diario emocional.

Espero que te vayas encontrando mejor. Un beso
 
Hola.
No creo que luchar contra los pensamientos sea lo más adecuado, porque al fin y al cabo el hecho de luchar contra ellos de alguna manera les estás dando importancia, más fuerza.

El psicólogo me da herramientas para ignorarlos, como si fuesen nubes que van y vienen. Por ejemplo, escuchar audiolibros, jugar a un videojuego, tocar el piano, etc.

La rueda de emociones la conozco, pero no la tengo imprimida aún. Y lo que tú llamas diario emocional creo que es lo que yo llamo autorregistro, porque escribo sobre lo que me va pasando (lo más relevante), y cómo me voy sintiendo.

Anímicamente estoy mal, pero empiezan a haber algunos momentos o instantes que duran aún demasiado poco en los que vuelve la alegría.

Un abrazo.
 
Bueno... he visto vídeos de él.
Lo escogiste por algo en concreto?

En un principio porque me pareció que "sabía del tema", ¿sabes? Que sabía de verdad. Miré prácticamente todos sus vídeos antes de escribirle, Miré también sus redes sociales, los comentarios que iba dejando, también su página web. Con todo me pareció buena idea escribirle, y no me arrepiento.

Te escucha, te responde los mensajes que le envías, te manda informes cada 2 o 3 sesiones,... Dichas sesiones aunque son de 50 minutos, muchas veces se nos pasa un poquito el tiempo y no pasa nada, no cobra de más. No sé, yo estoy encantada con él. Consigue que te sientas cómoda y segura.
 
Sesión 33:

Ha ido bastante bien. El listado de hechos/cosas positivas que pasan en mi día a día me está sirviendo de mucho, porque me ayuda a recordar lo positivo que hay ahora en mi vida. Aunque es poca cosa, es muy importante, sobre todo teniendo en cuenta que mi parte 'enferma' sigue teniendo mucha fuerza.

Hemos hablado de duelo, para ser más exactos, del duelo anticipado. La salud de mi padre ha empeorado. Tiene Alzheimer, y ya empieza a hablar de 'su mujer' a mi madre como si fuera otra persona distinta, algo que me afectó mucho. De hecho, el miércoles pasado mi madre fue a la residencia y me lo contó, y yo el jueves rompí a llorar en la cama de lo mucho que me dolía el estar perdiendo a mi padre, a pesar de que no fue un buen padre. El psicólogo me dijo de mirar de saber más de la historia de vida de mi progenitor, para así entender por qué y cómo pasó lo que pasó; es decir, para entender por qué la relación que he tenido con él ha sido... la que ha sido. Y en fin, mi madre y yo hablaremos sobre ello cuando yo esté mejor, porque llevo muchos días bastante mal, con algunos momentos buenos.

También hemos hablado mucho del apego fusional que tengo con mi madre; de lo importante que es que vayamos haciendo cosas solas. Para ello, me ha sugerido que le pida a algún familiar que se quede conmigo cuando yo estoy mal y el resto se quieren ir a algún sitio; o si yo estoy ''mediobien'', no quiero salir de casa pero me puedo quedar sola sin problemas, decirlo.

Audiolibros. Han supuesto un 'descubrimiento' la mar de interesante. Más que la música, lo que me ayuda mucho a no pensar en cosas negativas cuando voy a caminar o me pongo a hacer el puzzle, son ellos, los audiolibros. No sé si con todos habrán hecho lo mismo, pero hoy he empezado a escuchar una novela cuya narradora entona bastante bien, y sabes lo que puede sentir cada personaje. Lo he empezado esta mañana, y me ha enganchado: voy por el capítulo 33.

Pero, la música ocupa un lugar muy importante en mi día a día. Sigo aprendiendo a tocar el piano (me relaja bastante), y hace poco me compré en el Lidl un ukelele (compré un curso, -la app es Ukulele, de Yousician-, y ya lo he empezado).

Ahora bien, el sufrimiento, en general, sigue siendo alto, entre 8 y 10. Estas dos semanas me he expuesto a varias situaciones nuevas que han sido estresantes, lo cual ha terminado regular: ayer por la tarde tuve un intento de suicidio; tenía las pastillas ya en la mano. Lo bueno de esto es que tuve miedo, y no lo hice. Lo que sí hice fue darle el pastillero a mi madre para que lo guarde ella (hasta ahora solo me guardaba las cajas de los medicamentos), y romper a llorar hasta el punto de que me costaba respirar con normalidad. Mi madre me abrazó, y estuvimos un rato de la tarde juntas, sentadas en el sofá viendo la tv. Me dio un ansiolítico, lo cual también ayudó a calmarme.

Y eso. Vamos haciendo. Un abrazo.
 
Última edición:
Sesión 34. La última del año.

Lo que he notado ya, a nivel físico, es que la ansiedad que he tenido estos días se ha reducido tanto que, por fin, y de nuevo, vuelvo a conectar con las emociones. Necesitaba llorar, y necesito seguir haciéndolo aún durante un tiempo. Me lo ha dicho el psicólogo, aunque yo ya lo intuía.

He aprendido dos términos nuevos: profecía autocumplida y aceptación radical.

La primera significa que, anticipándote a una situación, haces (consciente y/o inconscientemente) cosas (cambios en el comportamiento, por ejemplo) para evitar el posible sufrimiento que podrías llegar a sentir si dejaras las cosas tal y como están. Al final, eso que no querías que sucediera, sucede, demostrándote que tú tenías razón, solo que en realidad no es así. Lo que realmente ha pasado es que tú mismo has hecho que pasara.

La aceptación radical es aceptar lo que ha pasado sin entrar en juicios ni nada. Por ejemplo, si al rozar un puzzle se deshace, puedes sentir rabia, pero sin entrar en rumiaciones, lo rehaces sin más.

Otro tema importante del que se ha hablado hoy es el de las críticas. Mi madre me dijo hace unos días -porque salió el tema-, que yo tenía que perder peso. Le dije que, sí bien sé que no lo decía con maldad, ese tipo de comentarios me afectan. Y vaya si me afectó. Desde entonces y hasta... hoy, he hecho ejercicio para perder peso, no porque sea sano. Me he autolesionado, he sentido molestias en el estómago y en el corazón. En fin, he pasado de la depresión a la ansiedad según el psicólogo.

Me ha dicho también, otra vez (no es la primera), que tengo que separar lo que es de otra persona (en este caso, el comentario sobre el peso que hizo mi madre), de lo que es mío. Es más, me ha sugerido que durante esta semana no haga ejercicio ni salga a caminar, porque así mi cerebro irá aprendiendo a gestionar mejor, de una forma mucho más sana, las críticas.

Y nada, hemos hablado del duelo, porque no sólo estoy dedicando este año a gestionar los duelos del pasado, sino que probablemente tendré que afrontar uno pronto. Uno que sé que será difícil, porque cada vez que pienso en ello las lágrimas se preparan para salir.

Para terminar me ha comentado que puede mirar de tener una sesión la semana que viene, antes de irse de vacaciones. En ese momento le respondí que sí, pero le acabo de enviar un WhatsApp diciendo que puedo esperar. Y es que el 18 y el 19 tengo citas médicas (psicóloga y enfermera), y el 22 tengo la revisión de la baja. Puedo esperar a después de reyes que será cuando regrese.

Y eso. Vuelvo a la depresión. Lo noto en el cuerpo y sobre todo en los ojos (lágrimas). Lo necesitaba.
 
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Ayer el psicólogo me envió un informe. Se lo pedí para llevárselo a mi médico de cabecera, el 22, por el tema de la baja. Y no sé. Estoy muy sensible, y preocupada también. Dice que no estoy en condiciones de volver al trabajo aún, porque estoy en pleno proceso de superación de experiencias traumáticas pasadas, lo cual me genera mucho sufrimiento, pero es necesario para que me exponga a diferentes sentimientos y pensamientos que quise olvidar durante años.

Yo estoy de acuerdo con él. Ojalá siga de baja porque el desánimo, la tristeza, la desgana... han vuelto con fuerza. Solo quiero estar en casa, en la cama viendo la tv... y ya. Que pase diciembre. Que pase ya la navidad. Odio la Navidad.

Nunca me imaginé que este año sería TAN duro y difícil... Una parte de mí siente que ha sido un año perdido, pero no había más que eso. Cuando todo estalló en febrero, cuando el pasado me estalló en la cara, era el momento de enfrentarlo. Aún hoy sé que me queda mucho por hacer.

Ahora ya sé lo que ocurrió en mi pasado, pero me queda aceptarlo, y llorar lo que no lloré en su día. Y esto es lo que más duele, porque me cuesta aceptar tanto sufrimiento vivido. Sé que no puedo hacer nada para cambiar lo que sucedió, pero esa niña y esa adolescente que fui necesitan que, de algún modo, la adulta que soy ahora se reconcilie con ellas, y las abrace.

Está siendo complicado también por mi madre. Cada vez que me ve llorar me dice que me tome un ansiolítico. Como si la pastilla fuera la solución. No. La solución es llorar, me lo dijo el psicólogo. Llorar es sano y necesario a veces, ¿por qué evitarlo? En fin.
 
Me alegra que te alivie, a ver si te ayuda a pasar mejor estas fechas.

Cuándo tienes que renovarla?
 
Me alegra que te alivie, a ver si te ayuda a pasar mejor estas fechas.

Cuándo tienes que renovarla?

El 26 de enero. Pero la mutua me llamará antes, el 22. El 27 de febrero ya hará un año. El médico de la mutua me dijo que si sigo de baja, que me darían seis meses más. Pero no sé. También me he empezado a informar sobre la incapacidad, y he pedido cita con la trabajadora social de la unidad de salud mental donde me atienden.

Igualmente he salido tranquila de la consulta hoy. Me ha dicho que poco a poco iré mejorando (algo que yo dudo porque aunque la ansiedad se ha reducido mucho desde la última sesión con mi psicólogo, me siento muy decaída :triste: ).

Un abrazo
 
Ha muerto una gata del jardín, con 13 años, muerte no natural. Me siento muy muy mal, y sé que es normal pero se añade a lo que ya tenía. No sé. Es una mierda todo.
 
Entonces tienes además de la tristeza, ocuparte de enterrarlo (o lo que sea que se haga ahora con las mascotas) ¿no?.

¿Te puede ayudar tu hermano o alguien?, buffff ... igual te estoy poniendo peor, pero yo no lo llevaría nada bien. :triste:
 
Mi madre la ha enterrado en el jardín, yo no he tenido fuerzas. No tengo ganas de nada.

Ahora toca pasar el duelo. Otro más. No tengo energía. Solo quiero llegar a casa (hemos comido fuera) y meterme en la cama. Y llorar.
 
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