Ivyhenry
Usuario veterano
Adiós.
He estado años alimentando éste y otros dramas, inconscientemente réplicas del maremoto inicial, ese que me partió en dos cuando tenía siete años. Le doy fuerza y traigo a la vida aquello que me destruyó, esas muertes que arrastro y con las que congenié tanto; me matan pero no las suelto, le han dado sentido a mi vida. Crecí en medio de una casa en ruinas, por lo que el sufrimiento me resulta familiar.
Y de repente me doy cuenta.
Adiós.
A mí yo emocional le encanta el caos, los gritos, el llanto y llega a confundir la vida misma con esa intensidad y la estabilidad como una vida carente de sentido, tediosa; pero he encontrado también placer en la calma, la pausa, la respiración consciente, la sensación de los pies sobre la tierra, la mano de mi pareja que me sujeta y sus brazos que me abrigan en las noches.
No alimentaré más el drama, no lo vale.
Adiós.
He estado años alimentando éste y otros dramas, inconscientemente réplicas del maremoto inicial, ese que me partió en dos cuando tenía siete años. Le doy fuerza y traigo a la vida aquello que me destruyó, esas muertes que arrastro y con las que congenié tanto; me matan pero no las suelto, le han dado sentido a mi vida. Crecí en medio de una casa en ruinas, por lo que el sufrimiento me resulta familiar.
Y de repente me doy cuenta.
Adiós.
A mí yo emocional le encanta el caos, los gritos, el llanto y llega a confundir la vida misma con esa intensidad y la estabilidad como una vida carente de sentido, tediosa; pero he encontrado también placer en la calma, la pausa, la respiración consciente, la sensación de los pies sobre la tierra, la mano de mi pareja que me sujeta y sus brazos que me abrigan en las noches.
No alimentaré más el drama, no lo vale.
Adiós.
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