Noemi
Usuario
Hola, chicos/as:
Cuantísimo tiempo ha pasado desde que estuve por acá la última vez... y cuántas cosas también. Bueno, lo primero, decir que confío en que estáis bien, o trabajando en estarlo. Y que espero que el foro esté ayudando a mucha gente, como me ayudó a mí. Os voy a contar un poquito mi situación actual, porque en su momento yo entré mucho al foro para quejarme y llorar y desahogarme y cagarme en todo... y ahora es justo que también comparta con vosotros esta nueva etapa.
Para los que no me conocéis: soy Noemi, tengo 29 años, y empecé de psicólogos y psiquiatras con 17. Como podréis imaginar, 12 años dan para demasiado, y uno aprende mucho, también sufre mucho, y hace sufrir, y se rinde y vuelve a intentarlo, tantas veces que pierde la cuenta. He estado tres veces en el psiquiátrico, ahora tengo una discapacidad del 51% por TLP, una incapacidad laboral y soy pensionista (aunque espero dejar de serlo). Pero hoy no va de contar cosas tristes...
Hace dos años, algo empezó a cambiar: quizá porque yo iba madurando, quizá alguna de las siete terapias que había hecho estaba al fin dando sus frutos, o quizá fuera gracias a mi familia, a los amigos, a un momento de lucidez extremo por mi parte; seguramente era una mezcla de todo aquello. El caso es que, con mucho esfuerzo y aún mucha pena (la depresión mayor seguía ahí), empecé a dar pasitos, y me apunté a un curso de corrección de textos, y luego hice otro de corrección de estilo, y fue agradable comprobar que, a pesar de todo, yo era capaz de volver a estudiar y de salir y de cumplir objetivos. Me quedaba un largo camino, pero ahí estaba la escalera, había subido un peldaño y el siguiente ya no parecía tan terrible.
El verano pasado me animé a irme de vacaciones. Me fui una semana a Granada con un amigo de la universidad y luego quince días a Dublín, sola. Sí, me fui a Dublín sola con una oferta de alojamiento y clases de inglés todo junto, y fue fantástico... Yo nunca había cogido un avión (ya, tenía 28 años y nunca había cogido un avión, en fin, qué mujer de mundo...) ni había estado en otro país sola, y estaba tan asustada y tan emocionada y contenta. Fue genial, conocí mucha gente, y resulta que yo les caía bien, yo que me odio tanto y me resulto insoportable, yo les caí bien. Volví llena de ganas de vivir, de intentarlo, de mejorar y conocerme..., y hacerlo bien, por fin. Un mes después me fui a vivir a Granada, he estado allí un año. Ahora estoy en Madrid de nuevo, independizada e ilusionada. Y haciendo mi octava terapia :P
No es que estudiar, o Dublín, o Granada me hayan cambiado la vida, no es eso. Han sido parte de mi proceso, han sido retos. Retos que me marqué y superé, que me han enseñado que mis límites no son tantos como pensaba y que mi zona de confort se puede romper y que cuando la rompo se amplía. Este año espero que me den el alta en el tribunal médico, de manera que pueda volver a trabajar, y estoy matriculada en la universidad, otra vez, así que la idea es seguir avanzando.
Bueno, contaría muchas más cosas, pero no quiero hacer un post demasiado largo e infumable... Solo quiero dejar aquí un aliento de esperanza, por si a alguien, aunque solo sea a una persona, le sirven mis palabras. Hubo un tiempo en el que yo creía que la depresión y los trastornos mentales en general eran solo pérdida. Porque, claro, yo lo perdí todo: mi trabajo, mis estudios, mi matrimonio, mis amigos, y a mí misma. Pero no es cierto, también ganas: ganas experiencias, autoconocimiento, empatía, sensibilidad, madurez y un día te ganas a ti porque te perdonas.
Hay luz al final del túnel, y el túnel no es tan largo...
Un abrazo, Noe

Cuantísimo tiempo ha pasado desde que estuve por acá la última vez... y cuántas cosas también. Bueno, lo primero, decir que confío en que estáis bien, o trabajando en estarlo. Y que espero que el foro esté ayudando a mucha gente, como me ayudó a mí. Os voy a contar un poquito mi situación actual, porque en su momento yo entré mucho al foro para quejarme y llorar y desahogarme y cagarme en todo... y ahora es justo que también comparta con vosotros esta nueva etapa.
Para los que no me conocéis: soy Noemi, tengo 29 años, y empecé de psicólogos y psiquiatras con 17. Como podréis imaginar, 12 años dan para demasiado, y uno aprende mucho, también sufre mucho, y hace sufrir, y se rinde y vuelve a intentarlo, tantas veces que pierde la cuenta. He estado tres veces en el psiquiátrico, ahora tengo una discapacidad del 51% por TLP, una incapacidad laboral y soy pensionista (aunque espero dejar de serlo). Pero hoy no va de contar cosas tristes...
Hace dos años, algo empezó a cambiar: quizá porque yo iba madurando, quizá alguna de las siete terapias que había hecho estaba al fin dando sus frutos, o quizá fuera gracias a mi familia, a los amigos, a un momento de lucidez extremo por mi parte; seguramente era una mezcla de todo aquello. El caso es que, con mucho esfuerzo y aún mucha pena (la depresión mayor seguía ahí), empecé a dar pasitos, y me apunté a un curso de corrección de textos, y luego hice otro de corrección de estilo, y fue agradable comprobar que, a pesar de todo, yo era capaz de volver a estudiar y de salir y de cumplir objetivos. Me quedaba un largo camino, pero ahí estaba la escalera, había subido un peldaño y el siguiente ya no parecía tan terrible.
El verano pasado me animé a irme de vacaciones. Me fui una semana a Granada con un amigo de la universidad y luego quince días a Dublín, sola. Sí, me fui a Dublín sola con una oferta de alojamiento y clases de inglés todo junto, y fue fantástico... Yo nunca había cogido un avión (ya, tenía 28 años y nunca había cogido un avión, en fin, qué mujer de mundo...) ni había estado en otro país sola, y estaba tan asustada y tan emocionada y contenta. Fue genial, conocí mucha gente, y resulta que yo les caía bien, yo que me odio tanto y me resulto insoportable, yo les caí bien. Volví llena de ganas de vivir, de intentarlo, de mejorar y conocerme..., y hacerlo bien, por fin. Un mes después me fui a vivir a Granada, he estado allí un año. Ahora estoy en Madrid de nuevo, independizada e ilusionada. Y haciendo mi octava terapia :P
No es que estudiar, o Dublín, o Granada me hayan cambiado la vida, no es eso. Han sido parte de mi proceso, han sido retos. Retos que me marqué y superé, que me han enseñado que mis límites no son tantos como pensaba y que mi zona de confort se puede romper y que cuando la rompo se amplía. Este año espero que me den el alta en el tribunal médico, de manera que pueda volver a trabajar, y estoy matriculada en la universidad, otra vez, así que la idea es seguir avanzando.
Bueno, contaría muchas más cosas, pero no quiero hacer un post demasiado largo e infumable... Solo quiero dejar aquí un aliento de esperanza, por si a alguien, aunque solo sea a una persona, le sirven mis palabras. Hubo un tiempo en el que yo creía que la depresión y los trastornos mentales en general eran solo pérdida. Porque, claro, yo lo perdí todo: mi trabajo, mis estudios, mi matrimonio, mis amigos, y a mí misma. Pero no es cierto, también ganas: ganas experiencias, autoconocimiento, empatía, sensibilidad, madurez y un día te ganas a ti porque te perdonas.
Hay luz al final del túnel, y el túnel no es tan largo...
Un abrazo, Noe
