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¿Cómo se viven las crisis en el tlp?

¿Cómo se viven las crisis cuando padeces trastorno límite de la personalidad?​

¿Cómo se viven las crisis cuando padeces trastorno límite de la personalidad?

El trastorno límite de la personalidad (TLP) es una categoría diagnóstica que se define en DSM-5. Ha sido con frecuencia bocetado en la ficción a través de películas o relatos que pretendían acercarnos a una realidad que es necesario entender para poder ayudar. Ayudarles a ellos, a sus familias, mientras en el camino crecemos como sociedad. De manera que sí, es una categoría, pero sobre todo es el sufrimiento de muchas personas que viven de manera exponencial esa sensación que todos hemos experimentado alguna vez, la de no encajar.

En su perfil destaca un patrón dominante de inestabilidad de las relaciones interpersonales, de la autoimagen, los afectos e impulsividad intensa, que comienza en las primeras etapas de la edad adulta y está presente en diversos contextos. Se manifiesta en al menos cinco de los siguientes puntos:

  • Esfuerzos desesperados para evitar el abandono real o imaginado.
  • Patrón de relaciones interpersonales inestables e intensas que se caracteriza por una alternancia entre los extremos de idealización y de devaluación.
  • Alteración de la identidad: inestabilidad intensa y persistente de la autoimagen y del sentido del yo.
  • Impulsividad en dos o más áreas que son potencialmente autolesivas.
  • Comportamiento, actitud o amenazas recurrentes de suicidio, o comportamiento de automutilación.
  • Inestabilidad afectiva debida a una reactividad notable del estado de ánimo
  • Sensación crónica de vacío.
  • Enfado inapropiado e intenso, o dificultad para controlar la ira.
  • Ideas paranoides transitorias relacionadas con el estrés o síntomas disociativos graves.
Aunque existen estos criterios, la realidad es que dentro del TLP hay un espectro bastante amplio, en el que podemos encontrar personas con unos rasgos más marcados que otros o con una sintomatología más o menos grave.

Señalar que los criterios nos dan solamente una referencia, pero la experiencia de la persona con TLP es mucho más amplia y compleja. Es por esta razón, que los pacientes con trastorno límite pueden ser muy parecidos o muy diferentes entre ellos.

Lo que sí podemos destacar como núcleo común del desorden es el gran miedo a un posible abandono y la marcada autodestrucción e impulsividad. Estas características hacen tremendamente difícil el tránsito por una vida más o menos normal, ya que suelen darse en brotes o crisis que a veces pillan desprevenidos al propio paciente y, evidentemente, a su entorno.

Mujer con mucho sufrimiento a causa de un trastorno de salud mental

¿Cómo vive un paciente TLP una crisis?​

Una persona que padece trastorno límite de la personalidad es un individuo totalmente normal a priori. Puede que estudie, tenga su trabajo, tenga una familia, su círculo de amigos, etc. El problema surge en el momento en el que aparece una crisis.

Las crisis del trastorno límite de la personalidad muchas veces van precedidas de acontecimientos estresantes o algún factor biológico, como puede ser el inicio de la menstruación o el consumo de alguna droga. En otras ocasiones, no se relaciona con nada en particular.

Cuando podemos asociarlo con algún factor precipitante, se hace más fácil el llegar a controlarlo; aunque, aun con todo, la gran impulsividad que caracteriza al trastorno hace que ese control sea muy complicado.
En el momento en el que el brote atrapa a una persona con TLP, la personalidad se desdibuja. Es decir, es como si el individuo tuviese dos personalidades: una que siempre está, es prácticamente normal, agradable, estable y sosegada y otra, que aparece de vez en cuando y se encarga de destruir todo lo construido por la personalidad original.

“Se crea una especie de “cortocircuito” por el cual se hace imposible controlar los actos. El brote de TLP invade todo el ser y torna el ánimo, que hasta el momento, era estable, por otro disfórico, triste y vacío. De repente, las cosas que tenían mucho sentido y generaban bienestar, dejan de hacerlo. Las ilusiones y los proyectos que quería realizar, se ven con pesimismo y melancolía. La mente empieza a desarrollar pensamientos de soledad: ¡Estás solo!, ¡No tienes ni un amigo íntimo al que llamar!, ¡Nadie va a quererte con esa actitud!, ¡Es mejor que te tires por la ventana y dejes de molestar!”

“Las personas que son importantes, se vuelven enemigas. Sobre todo, las que más se aman. En pleno brote, es cuando más necesito el amor y comprensión de mis allegados, pero la manera de pedirlo es mediante la falta de respeto, la agresividad o la destrucción. Puedo, incluso, llegar a agredir a algún familiar, tanto de forma verbal como física. Y en el fondo, lo que estoy demandando es atención y afecto”.


Estas actitudes impulsivas, en realidad buscan evitar a toda costa un posible abandono, pero en consecuencia, muchas veces se termina recibiendo precisamente lo que tanto temen. Lo que al final, refuerza aún más los sentimientos de vacío y la baja autoestima.
Las crisis del trastorno límite de la personalidad hacen que el paciente soporte muy mal el aburrimiento y la frustración. Todo aquello que sea mínimamente incómodo, le parece un mundo.

En este contexto, pueden llevar a cabo conductas autodestructivas o impulsivas como: tomar drogas, destruir objetos, despilfarrar dinero, embarcarse en proyectos sin haber realizado un plan coherente, ser desagradable con algún amigo, contar a gente que no se conoce que se está en plena crisis o incluso realizar algún intento de suicidio.

“Una vez en plena crisis llegué a montar un negocio en cuestión de días. Me sentía una fracasada e incluso empezaba a tener pensamientos de suicidio. Decidí entonces buscar un local, un asesor y llevar a cabo todos los trámites para montar mi empresa. Al pasar los días y terminar la crisis, evidentemente, me arrepentí”

Lo que llega tras la crisis del trastorno límite de la personalidad​

Las crisis del trastorno límite de la personalidad suelen durar desde unas horas hasta una semana aproximadamente. Como hemos comentado, es frecuente que, en las mujeres, se dé en el periodo premenstrual. La mayoría de pacientes con TLP confirman que tras las crisis los sentimientos que más florecen son dos: la vergüenza y la culpa.

Imagina que durante un pequeño periodo de tu vida te sientes “poseído” por alguien que no tiene nada que ver contigo. Ese “alguien” realizará cosas que tú en circunstancias normales jamás harías. Pues precisamente esto es lo que ocurre durante un brote de TLP. Por lo tanto, es obvio que la vergüenza y la culpabilidad estén tan presentes en el periodo post-crisis.

La vergüenza se siente, sobre todo, por el hecho de haber sido impulsivos
. La impulsividad del TLP hace que la persona muchas veces se ponga en evidencia.

Por ejemplo, si en pleno brote explota en mi una ira exacerbada hacia algún familiar que quiero y mis vecinos escuchan mis gritos y golpes, es probable que cuando ya no esté en crisis y me los encuentre en el ascensor, sienta esa vergüenza profunda.
Por otro lado, la culpa surge porque durante el brote hemos llevado a cabo comportamientos que nuestro verdadero yo no quería realizar. Es decir, nos sentimos arrepentidos.

Por ejemplo, una paciente TLP puede gritar a su hija de tres años porque se siente desbordada cuando la niña no está obedeciendo. Seguramente, en otros momentos, no habría actuado de esta forma, pero en plena crisis su impulsividad le sobrepasa y acaba comportándose de esta forma con la niña, lo que le lleva posteriormente a sentir una culpabilidad muy profunda.

El problema de la sintomatología post-crisis es que pueden hacer creer al paciente que “no hay remedio” y llevarlo a la desesperanza. Este desamparo, puede, a su vez, provocar nuevas crisis y cerrar un ciclo. Por esta razón, es de vital importancia que el paciente TLP conozca los antecedentes de las crisis y tenga un plan estructurado para hacerles frente. De la misma manera, su familia y entorno más cercado también deben conocerlos.

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Conclusiones​

Aunque en los manuales diagnósticos no aparezca como tal, las crisis de un paciente con trastorno límite son vividas con una gran desesperanzaporque, aun con tratamiento, son muy difíciles de controlar. Uno deja de confiar en sus recursos, en sus posibilidades. Un día se encuentra estupendamente y al día siguiente, sin saber por qué el TLP vuelve y lo acaba poseyendo.

¿Qué podemos hacer? Lo esencial para un paciente con tal desorden es la validación de las emociones. Hay que tener en cuenta, que la mayoría de pacientes vienen de infancias en las que no experimentaron esta validación; más bien, fueron reprobados. Algunos incluso fueron niños que gozaron más del rechazo que del afecto, de la indiferencia que del cariño.

La terapia dialéctica conductual puede ayudar en este sentido. Sobre todo, el objetivo es que el paciente acepte su condición y sepa identificar las crisis de forma adecuada. En algunos casos también es importante fomentar la adherencia a la medicación.
Por otro lado, el trabajo en regulación y tolerancia de las emociones es fundamental. El objetivo no es eliminar totalmente los sentimientos de vacío o la impulsividad, sino reducirlos lo máximo posible, adquiriendo y entrenado estrategias para cuando aparezcan.


 
Yo nunca me atreví a entrometerme... nunca me pegaron pero conmigo eran peor. La nada, la indiferencia absoluta. La ley de hielo. Sabes que es vivir con alguien que es capaz de hacer como que no existes durante semanas? Que ni te mira. Es durísimo. Y yo también lo hacía!! Como no?? Si en enseñaron que cuando te cabreas es el modo de actuar. A día de hoy lo voy mejorando, trabajando mucho en ello. La cosa es que cuesta mucho desaprender ciertas cosas y abandonar ciertos hábitos. Mi psico me dijo que era una de las peores torturas psicológicas. Además de que una de las primeras cosas que me comentó en consulta era que si sabía lo que era la indefensión aprendida. Con eso se puede resumir bien mi vida. Recuerdo a mi padre cabreado, haciéndonos el vacío y yo haciendo todo lo posible porque mis hermanos no lo notaran, no quería que sufrieran como yo sufría... aunque con ellos no eran tan así... solo conmigo. Físicamente era mejor porque nunca me levanto la mano pero mentalmente siempre ha sido hacia mi casi en exclusiva. la violencia se produce de muchas formas, tenemos que aceptar que todos somos violentos, de una forma u otra. Y empezar a solventarlo.
 
Yo nunca me atreví a entrometerme... nunca me pegaron pero conmigo eran peor. La nada, la indiferencia absoluta. La ley de hielo. Sabes que es vivir con alguien que es capaz de hacer como que no existes durante semanas? Que ni te mira. Es durísimo. Y yo también lo hacía!! Como no?? Si en enseñaron que cuando te cabreas es el modo de actuar. A día de hoy lo voy mejorando, trabajando mucho en ello. La cosa es que cuesta mucho desaprender ciertas cosas y abandonar ciertos hábitos. Mi psico me dijo que era una de las peores torturas psicológicas. Además de que una de las primeras cosas que me comentó en consulta era que si sabía lo que era la indefensión aprendida. Con eso se puede resumir bien mi vida. Recuerdo a mi padre cabreado, haciéndonos el vacío y yo haciendo todo lo posible porque mis hermanos no lo notaran, no quería que sufrieran como yo sufría... aunque con ellos no eran tan así... solo conmigo. Físicamente era mejor porque nunca me levanto la mano pero mentalmente siempre ha sido hacia mi casi en exclusiva. la violencia se produce de muchas formas, tenemos que aceptar que todos somos violentos, de una forma u otra. Y empezar a solventarlo.
Para mí, el peor de los castigos es que alguien te mande al ostracismo. Es millones de veces peor que una paliza
 
Leer esto ahora mismo ha sido como una revelación. Aunque he leido bastante sobre tlp, nunca había encontrado nada que explicara tan bien cómo me siento y cómo funciona mi mente. El tema de la culpabilidad y la vergüenza son especialmente dolorosas. Cada vez que tengo una crisis al día siguiente me despierto queriendo desaparecer, me avergüenza haberme mostrado tan vulnerable, siento que he proyectado una imagen de victimismo a los demás que va a distorsionar la percepción que tienen de mí. Es, de verdad, terrible, sobretodo teniendo en cuenta que el abandono es uno de mis mayores miedos. Realmente en momentos de crisis me transformo y cuando pienso en cómo he actuado no me reconozco, pienso que es vergonzosa la forma en que he perdido la calma y me he dejado llevar por mis sentimientos. También me produce mucho miedo el hecho de que al ser tan inestable e impredecible, las personas con las que he hablado en un momento de crisis, si me ven bien, piensen que ha sido todo un acto, que solo estaba llamando la atención. Me provoca muchísima ansiedad porque lo que siento en momentos de crisis es tan real, de verdad puedo llegar a sentir que me estoy muriendo y una semana después haberme recuperado. Últimamente he estado bastante convencida de que había recaído en la depresión pero después de leer esto estoy empezando a cuestionarme si es así o solo es un episodio depresivo. De cualquier forma ha sido muy informativo y útil, gracias por compartirlo. ❤
 
A veces me cuesta mucho entender exactamente qué es y cuándo se da una crisis de mi hija. Mi percepción desde afuera es que tiene una crisis permanente que tiene pequeños remansos. Últimamente he sentido que hay una especie de patrón que va experimentando y que detona en momentos más difíciles que podrían ser el momento más alto de la crisis. mientras escribo intento entender como se organiza la crisis según mi perspectiva.
Creo que sucede algo que yo llamaría DESARMARSE entendido como quedarse sin armas o herramientas para enfrentar el camino y lo veo reflejado en actos como:
1. Interrumpe sus relaciones con las personas cercanas (que de por sí no es fluida siempre) conmigo por ejemplo deja de responder llamadas, y las que responden son muy cortas y con cero tolerancia a que le pregunte como está o que intente indagar sobre si ha hecho o no algo, como seguir la terapia o el medicamento. Esto creo que hace que afirme su sensación de estar sola. Con su padre por ejemplo que es alguien con quien nunca a tenido buena relación, esto se agudiza, lo culpa de todo, siente que odia todo de él, y que le a causado el peor daño de la vida, incluso son momentos en los que piensa demandarle por la manutención que no le daba, o hacer procesos legales contra él para que nunca más se acerque.
2. Deja las actividades que de alguna forma le ayudan a estructurar su día a día, como dejar el trabajo porque le es insoportable, lo cual desencadena dos cosas, la falta de rutina le permite hundirse en la depresión y la falta de dinero que vendrá con los días la somete a un estado de angustia permanente, cabe decir que la decisión de ser independiente fue algo que ella asumió y que intenta llevar aunque le cueste mucho emocionalmente, a pesar de que podría contar con mi apoyo económico de nuevo teniendo un pequeño plan de acción lo cual le cuesta mucho.
3. Deja la terapia y la medicación: dice que esta cansada porque es un cuento de nunca acabar y la idea de que es para toda la vida la agota (creo que a todos nos agota pero también creo que no es real, porque nada es permanente ni lo bueno ni lo malo, si pensamos que toda la vida ha sido de una manera es porque estamos olvidando ver los matices y esos detalles no son pocos importantes en realidad)

Pasadas estas tres situaciones (con sus diferencias en cada momento) viene un momento culminante en el que declara que ya no puede más, viene mucho llanto, desesperanza, intento de suicidio o desconexión momentánea de la realidad. Este es un momento que yo veo como de expiación de culpa y castigo, castigo autoimpuesto, incluso hace un tiempo me dijo que cuando decidió que la internáramos en un psiquiátrico lo había hecho para castigarse porque creía que habia actuado mal y era lo que merecía.

Cuando sucede esto todo el entorno más cercano que la rodeamos, mis padres, mis hermanos con sus familias, mi pareja y yo, y sus terapeutas nos volcamos a ver que podemos hacer, a hacer una cosa y otra, todo lo que creemos necesario, yo viajo de un país al otro para estar cerca, modificaciones en el tratamiento y en su responsabilidades, es decir ese momento le permite un borrón y cuenta nueva con lo que ella misma fue cortando. Por supuesto esta situación que nos resulta estresante y dolorosa nos deja muchas veces con una sensación de ser manipulados y estar a merced de sus decisiones y emociones a pesar de que creamos que puede no ser muy consciente por parte de ella, no quita que nos deje desgastados.
Podría pensarse que solo en ese momento nos volcamos hacia ella para ayudarla pero en realidad incluidos los terapeutas todos hemos tenido una actitud paternalista con ella, intentamos insistirle en que no somos centro de emergencias sino que hay que aprovechar los momentos buenos para construir las posibilidades de hacer frente a los malos, pero en esos momentos solo recibimos silencio y una especie de "es mi vida yo veré que hago con ella".

Yo intuyo que en esa posibilidad de contar con nosotros como centro de emergencias, hay una conducta que entre todos propiciamos y que puede no ser la más positiva para su propia construcción pero es muyyy difícil cortarlo, no encuentro aún las formas, porque eso me significaría no estar cuando ella más lo necesita, tambien se que el cansancio natural ira modificando eso, porque hemos actuado asi un poco porque apenas esta empezando y han sido años difíciles pero no estamos hablando de muchos años, entonces la naturaleza de nuestra relación hasta este momento hace que aun tenga fuerzas y ganas de ayudar pero se que a medida que pase una y otra vez, muchas cosas se van a cerrar y ella va autocumplir su profecía de quedarse sola y no tener con quien contar.

Se que fue muy largo pero me ayudo a ordenarme, y si alguien lo leyó hasta aquí me gustaría saber qué piensa, si estaré muy lejos de la realidad que puede vivir alguien con este diagnóstico, y si mi actuación estará perjudicando un poco en lugar de ayudar
 
Hola @Mam :corazoncitos: , es difícil explicar cómo se viven las crisis, puesto que cada persona es un mundo, por lo que las circunstancias personales también nos diferencian.

Disculpa si ya lo has contado, pero hay libros que pueden ayudarte a "conocer" un poco mejor qué es el TLP y cómo lo vivimos las personas que lo sufrimos.

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Éste es un pequeño fragmento del libro "Diamantes en bruto" de Dolores Mosquera. Un libro que te recomiendo leer a tí y a tu hija. Es un libro lleno de luz y esperanza.

El TLP es un Trastorno que hoy por hoy puede tratarse y es importante acercarse a él sin prejuicios antiguos de enfermedades mentales o crónicas que pueden quitarnos energía, en lugar de dárnosla.

Ojalá que pronto, tu hija y tú estéis en la "misma onda" y podáis comunicaros adecuadamente.

Cuídate mucho, :bessito:
 
Si. Justo aquí me recomendaron diamantes en bruto y me ayudo a entender muchas cosas.
También me recomendaron pisando cáscaras de huevo y lo estoy leyendo apenas, voy aprendiendo un poco de cada cosa
 
A veces me cuesta mucho entender exactamente qué es y cuándo se da una crisis de mi hija. Mi percepción desde afuera es que tiene una crisis permanente que tiene pequeños remansos. Últimamente he sentido que hay una especie de patrón que va experimentando y que detona en momentos más difíciles que podrían ser el momento más alto de la crisis. mientras escribo intento entender como se organiza la crisis según mi perspectiva.
Creo que sucede algo que yo llamaría DESARMARSE entendido como quedarse sin armas o herramientas para enfrentar el camino y lo veo reflejado en actos como:
1. Interrumpe sus relaciones con las personas cercanas (que de por sí no es fluida siempre) conmigo por ejemplo deja de responder llamadas, y las que responden son muy cortas y con cero tolerancia a que le pregunte como está o que intente indagar sobre si ha hecho o no algo, como seguir la terapia o el medicamento. Esto creo que hace que afirme su sensación de estar sola. Con su padre por ejemplo que es alguien con quien nunca a tenido buena relación, esto se agudiza, lo culpa de todo, siente que odia todo de él, y que le a causado el peor daño de la vida, incluso son momentos en los que piensa demandarle por la manutención que no le daba, o hacer procesos legales contra él para que nunca más se acerque.
2. Deja las actividades que de alguna forma le ayudan a estructurar su día a día, como dejar el trabajo porque le es insoportable, lo cual desencadena dos cosas, la falta de rutina le permite hundirse en la depresión y la falta de dinero que vendrá con los días la somete a un estado de angustia permanente, cabe decir que la decisión de ser independiente fue algo que ella asumió y que intenta llevar aunque le cueste mucho emocionalmente, a pesar de que podría contar con mi apoyo económico de nuevo teniendo un pequeño plan de acción lo cual le cuesta mucho.
3. Deja la terapia y la medicación: dice que esta cansada porque es un cuento de nunca acabar y la idea de que es para toda la vida la agota (creo que a todos nos agota pero también creo que no es real, porque nada es permanente ni lo bueno ni lo malo, si pensamos que toda la vida ha sido de una manera es porque estamos olvidando ver los matices y esos detalles no son pocos importantes en realidad)

Pasadas estas tres situaciones (con sus diferencias en cada momento) viene un momento culminante en el que declara que ya no puede más, viene mucho llanto, desesperanza, intento de suicidio o desconexión momentánea de la realidad. Este es un momento que yo veo como de expiación de culpa y castigo, castigo autoimpuesto, incluso hace un tiempo me dijo que cuando decidió que la internáramos en un psiquiátrico lo había hecho para castigarse porque creía que habia actuado mal y era lo que merecía.

Cuando sucede esto todo el entorno más cercano que la rodeamos, mis padres, mis hermanos con sus familias, mi pareja y yo, y sus terapeutas nos volcamos a ver que podemos hacer, a hacer una cosa y otra, todo lo que creemos necesario, yo viajo de un país al otro para estar cerca, modificaciones en el tratamiento y en su responsabilidades, es decir ese momento le permite un borrón y cuenta nueva con lo que ella misma fue cortando. Por supuesto esta situación que nos resulta estresante y dolorosa nos deja muchas veces con una sensación de ser manipulados y estar a merced de sus decisiones y emociones a pesar de que creamos que puede no ser muy consciente por parte de ella, no quita que nos deje desgastados.
Podría pensarse que solo en ese momento nos volcamos hacia ella para ayudarla pero en realidad incluidos los terapeutas todos hemos tenido una actitud paternalista con ella, intentamos insistirle en que no somos centro de emergencias sino que hay que aprovechar los momentos buenos para construir las posibilidades de hacer frente a los malos, pero en esos momentos solo recibimos silencio y una especie de "es mi vida yo veré que hago con ella".

Yo intuyo que en esa posibilidad de contar con nosotros como centro de emergencias, hay una conducta que entre todos propiciamos y que puede no ser la más positiva para su propia construcción pero es muyyy difícil cortarlo, no encuentro aún las formas, porque eso me significaría no estar cuando ella más lo necesita, tambien se que el cansancio natural ira modificando eso, porque hemos actuado asi un poco porque apenas esta empezando y han sido años difíciles pero no estamos hablando de muchos años, entonces la naturaleza de nuestra relación hasta este momento hace que aun tenga fuerzas y ganas de ayudar pero se que a medida que pase una y otra vez, muchas cosas se van a cerrar y ella va autocumplir su profecía de quedarse sola y no tener con quien contar.

Se que fue muy largo pero me ayudo a ordenarme, y si alguien lo leyó hasta aquí me gustaría saber qué piensa, si estaré muy lejos de la realidad que puede vivir alguien con este diagnóstico, y si mi actuación estará perjudicando un poco en lugar de ayudar
Lo has expresado con muchísima claridad, yo también me cuestiono ese tipo de cosas.... es un tema muy complejo. Gracias por expresarlo tan bien.
 
Última edición:
Hola @Mam :corazoncitos: , es difícil explicar cómo se viven las crisis, puesto que cada persona es un mundo, por lo que las circunstancias personales también nos diferencian.

Disculpa si ya lo has contado, pero hay libros que pueden ayudarte a "conocer" un poco mejor qué es el TLP y cómo lo vivimos las personas que lo sufrimos.

Éste es un pequeño fragmento del libro "Diamantes en bruto" de Dolores Mosquera. Un libro que te recomiendo leer a tí y a tu hija. Es un libro lleno de luz y esperanza.

El TLP es un Trastorno que hoy por hoy puede tratarse y es importante acercarse a él sin prejuicios antiguos de enfermedades mentales o crónicas que pueden quitarnos energía, en lugar de dárnosla.

Ojalá que pronto, tu hija y tú estéis en la "misma onda" y podáis comunicaros adecuadamente.

Cuídate mucho, :bessito:
Gracias Xusi por la recomendación. Yo acabo de comprarlo... estoy totalmente de acuerdo contigo en que hay que acercarse a este tema sin prejuicios y con esperanza. Yo creo muchísimo en el poder de nuestra alma, mente, como lo quieras llamar. Cuando uno se llena de pensamientos de amor, se puede transformar el mundo. Los "milagros" existen y los creamos nosotros, somo mucho más poderosos de lo que nos han hecho o permitido creer. En fin, este es mi sentir...:-)
 
Vaya, qué complicado me resulta, es cierto y creo que nunca va a acabar, que las cosas siempre van a ser así y nunca voy a lograr nada... Quién va a querer estar conmigo? Cómo voy a ser independiente? Me siento un estorbo, creo que lo mejor es desaparecer... Las esperanzas se me agotan. Estoy en crisis.
 
... Quién va a querer estar conmigo? Cómo voy a ser independiente? Me siento un estorbo, creo que lo mejor es desaparecer...

Estoy segura de que si preguntaras en el Foro cuántos de nosotros nos hemos planteado esas preguntas, se llenaría todo de manos alzadas y no podrías seguir leyendo :wavetowel:

Sólo para que veas que quien te hace plantearte esas preguntas es el Trastorno que compartimos, te dejo un fragmento del libro de Dolores Mosquera: "Diamantes en bruto":

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Como ves no es nada nuevo, es algo que pacientes con TLP plantean en la consulta a sus terapeutas. Es algo que se trata y por experiencia propia te digo que se supera.

Es cierto que el momento actual no ayuda a ver la luz y que a personas como nosotros con una carga de inseguridad nos está afectando más (si cabe), pero recordad que no gana siempre el más fuerte, sino quien sabe adaptarse a las circunstancias y la "flexibilidad" no siempre es fuerza.

Estás en crisis @KahloF, pero no tiene por qué ser malo. Estás viviendo "lo lógico" en el momento histórico que estamos atravesando. Sería terrible que alguien por aquí escribiera que se encuentra de maravilla con la incertidumbre que tenemos encima ¿no te parece?.

Mucho ánimo ... sé que es difícil pero hay que aguantar todavía un poquito más :besote:
 

¿Cómo se viven las crisis cuando padeces trastorno límite de la personalidad?​

¿Cómo se viven las crisis cuando padeces trastorno límite de la personalidad?

El trastorno límite de la personalidad (TLP) es una categoría diagnóstica que se define en DSM-5. Ha sido con frecuencia bocetado en la ficción a través de películas o relatos que pretendían acercarnos a una realidad que es necesario entender para poder ayudar. Ayudarles a ellos, a sus familias, mientras en el camino crecemos como sociedad. De manera que sí, es una categoría, pero sobre todo es el sufrimiento de muchas personas que viven de manera exponencial esa sensación que todos hemos experimentado alguna vez, la de no encajar.

En su perfil destaca un patrón dominante de inestabilidad de las relaciones interpersonales, de la autoimagen, los afectos e impulsividad intensa, que comienza en las primeras etapas de la edad adulta y está presente en diversos contextos. Se manifiesta en al menos cinco de los siguientes puntos:

  • Esfuerzos desesperados para evitar el abandono real o imaginado.
  • Patrón de relaciones interpersonales inestables e intensas que se caracteriza por una alternancia entre los extremos de idealización y de devaluación.
  • Alteración de la identidad: inestabilidad intensa y persistente de la autoimagen y del sentido del yo.
  • Impulsividad en dos o más áreas que son potencialmente autolesivas.
  • Comportamiento, actitud o amenazas recurrentes de suicidio, o comportamiento de automutilación.
  • Inestabilidad afectiva debida a una reactividad notable del estado de ánimo
  • Sensación crónica de vacío.
  • Enfado inapropiado e intenso, o dificultad para controlar la ira.
  • Ideas paranoides transitorias relacionadas con el estrés o síntomas disociativos graves.
Aunque existen estos criterios, la realidad es que dentro del TLP hay un espectro bastante amplio, en el que podemos encontrar personas con unos rasgos más marcados que otros o con una sintomatología más o menos grave.

Señalar que los criterios nos dan solamente una referencia, pero la experiencia de la persona con TLP es mucho más amplia y compleja. Es por esta razón, que los pacientes con trastorno límite pueden ser muy parecidos o muy diferentes entre ellos.

Lo que sí podemos destacar como núcleo común del desorden es el gran miedo a un posible abandono y la marcada autodestrucción e impulsividad. Estas características hacen tremendamente difícil el tránsito por una vida más o menos normal, ya que suelen darse en brotes o crisis que a veces pillan desprevenidos al propio paciente y, evidentemente, a su entorno.

Mujer con mucho sufrimiento a causa de un trastorno de salud mental

¿Cómo vive un paciente TLP una crisis?​

Una persona que padece trastorno límite de la personalidad es un individuo totalmente normal a priori. Puede que estudie, tenga su trabajo, tenga una familia, su círculo de amigos, etc. El problema surge en el momento en el que aparece una crisis.

Las crisis del trastorno límite de la personalidad muchas veces van precedidas de acontecimientos estresantes o algún factor biológico, como puede ser el inicio de la menstruación o el consumo de alguna droga. En otras ocasiones, no se relaciona con nada en particular.


En el momento en el que el brote atrapa a una persona con TLP, la personalidad se desdibuja. Es decir, es como si el individuo tuviese dos personalidades: una que siempre está, es prácticamente normal, agradable, estable y sosegada y otra, que aparece de vez en cuando y se encarga de destruir todo lo construido por la personalidad original.

“Se crea una especie de “cortocircuito” por el cual se hace imposible controlar los actos. El brote de TLP invade todo el ser y torna el ánimo, que hasta el momento, era estable, por otro disfórico, triste y vacío. De repente, las cosas que tenían mucho sentido y generaban bienestar, dejan de hacerlo. Las ilusiones y los proyectos que quería realizar, se ven con pesimismo y melancolía. La mente empieza a desarrollar pensamientos de soledad: ¡Estás solo!, ¡No tienes ni un amigo íntimo al que llamar!, ¡Nadie va a quererte con esa actitud!, ¡Es mejor que te tires por la ventana y dejes de molestar!”

“Las personas que son importantes, se vuelven enemigas. Sobre todo, las que más se aman. En pleno brote, es cuando más necesito el amor y comprensión de mis allegados, pero la manera de pedirlo es mediante la falta de respeto, la agresividad o la destrucción. Puedo, incluso, llegar a agredir a algún familiar, tanto de forma verbal como física. Y en el fondo, lo que estoy demandando es atención y afecto”.



Las crisis del trastorno límite de la personalidad hacen que el paciente soporte muy mal el aburrimiento y la frustración. Todo aquello que sea mínimamente incómodo, le parece un mundo.

En este contexto, pueden llevar a cabo conductas autodestructivas o impulsivas como: tomar drogas, destruir objetos, despilfarrar dinero, embarcarse en proyectos sin haber realizado un plan coherente, ser desagradable con algún amigo, contar a gente que no se conoce que se está en plena crisis o incluso realizar algún intento de suicidio.

“Una vez en plena crisis llegué a montar un negocio en cuestión de días. Me sentía una fracasada e incluso empezaba a tener pensamientos de suicidio. Decidí entonces buscar un local, un asesor y llevar a cabo todos los trámites para montar mi empresa. Al pasar los días y terminar la crisis, evidentemente, me arrepentí”

Lo que llega tras la crisis del trastorno límite de la personalidad​

Las crisis del trastorno límite de la personalidad suelen durar desde unas horas hasta una semana aproximadamente. Como hemos comentado, es frecuente que, en las mujeres, se dé en el periodo premenstrual. La mayoría de pacientes con TLP confirman que tras las crisis los sentimientos que más florecen son dos: la vergüenza y la culpa.

Imagina que durante un pequeño periodo de tu vida te sientes “poseído” por alguien que no tiene nada que ver contigo. Ese “alguien” realizará cosas que tú en circunstancias normales jamás harías. Pues precisamente esto es lo que ocurre durante un brote de TLP. Por lo tanto, es obvio que la vergüenza y la culpabilidad estén tan presentes en el periodo post-crisis.

La vergüenza se siente, sobre todo, por el hecho de haber sido impulsivos
. La impulsividad del TLP hace que la persona muchas veces se ponga en evidencia.


Por otro lado, la culpa surge porque durante el brote hemos llevado a cabo comportamientos que nuestro verdadero yo no quería realizar. Es decir, nos sentimos arrepentidos.

Por ejemplo, una paciente TLP puede gritar a su hija de tres años porque se siente desbordada cuando la niña no está obedeciendo. Seguramente, en otros momentos, no habría actuado de esta forma, pero en plena crisis su impulsividad le sobrepasa y acaba comportándose de esta forma con la niña, lo que le lleva posteriormente a sentir una culpabilidad muy profunda.

El problema de la sintomatología post-crisis es que pueden hacer creer al paciente que “no hay remedio” y llevarlo a la desesperanza. Este desamparo, puede, a su vez, provocar nuevas crisis y cerrar un ciclo. Por esta razón, es de vital importancia que el paciente TLP conozca los antecedentes de las crisis y tenga un plan estructurado para hacerles frente. De la misma manera, su familia y entorno más cercado también deben conocerlos.

hombre-sentado-en-la-oscuridad.jpg

Conclusiones​

Aunque en los manuales diagnósticos no aparezca como tal, las crisis de un paciente con trastorno límite son vividas con una gran desesperanzaporque, aun con tratamiento, son muy difíciles de controlar. Uno deja de confiar en sus recursos, en sus posibilidades. Un día se encuentra estupendamente y al día siguiente, sin saber por qué el TLP vuelve y lo acaba poseyendo.

¿Qué podemos hacer? Lo esencial para un paciente con tal desorden es la validación de las emociones. Hay que tener en cuenta, que la mayoría de pacientes vienen de infancias en las que no experimentaron esta validación; más bien, fueron reprobados. Algunos incluso fueron niños que gozaron más del rechazo que del afecto, de la indiferencia que del cariño.


Por otro lado, el trabajo en regulación y tolerancia de las emociones es fundamental. El objetivo no es eliminar totalmente los sentimientos de vacío o la impulsividad, sino reducirlos lo máximo posible, adquiriendo y entrenado estrategias para cuando aparezcan.


Gracias por el artículo.
Muy claro todo.
 
Llevo dos días de crisis... Me he borrado la cuenta del WhatsApp no quiero hablar con nadie, siento que estoy sola, que no sirvo para nada, no levanto cabeza, me hundo, odio esta bipolaridad o doble personalidad que aleja la gente de mi, esta falta de control de las emociones que creo que nunca llegaré a tener. Intento no escribir mucho.. porque sé que cuando pasé todo me arrepentiré.
 
Llevo dos días de crisis... Me he borrado la cuenta del WhatsApp no quiero hablar con nadie, siento que estoy sola, que no sirvo para nada, no levanto cabeza, me hundo, odio esta bipolaridad o doble personalidad que aleja la gente de mi, esta falta de control de las emociones que creo que nunca llegaré a tener. Intento no escribir mucho.. porque sé que cuando pasé todo me arrepentiré.
Pues te aseguro que cuando peor nos encontramos es cuando más necesitamos (aunque en ese momento no lo veamos y/o deseemos) una "mano" amiga.
Y mientras no faltes al respeto a nadie (cosa que dudo ya que te llevo viendo por aquí desde hace tiempo) no tendrías por qué arrepentirte de nada.
Desde expresarte y decir me siento así o asá hasta abrir un post para ver si hay alguien en el foro con el que hablar un rato para sentirte comprendida o para intentar distraerte.

Así que en tu mano está
 
Llevo dos días de crisis... Me he borrado la cuenta del WhatsApp no quiero hablar con nadie, siento que estoy sola, que no sirvo para nada, no levanto cabeza, me hundo, odio esta bipolaridad o doble personalidad que aleja la gente de mi, esta falta de control de las emociones que creo que nunca llegaré a tener. Intento no escribir mucho.. porque sé que cuando pasé todo me arrepentiré.
A mí me pasa exactamente igual. Cuando me dan estas crisis sólo quiero alejarme de todos...
 
Llamo crisis a cuando me pasa algo fuera que me inestabiliza y provoca que me entren pensamientos intrusivos constantes contra mi persona. Sólo pienso en lo bien que todos estarían sin mi, en que soy una mierda de persona, en que me merezco que me traten mal porque soy mala persona, en la culpa, en que nadie querría estar a mi lado... Es tan abrumador escuchar todo eso...

Y últimamente ha sido reflejado hacia los demás. Hacia las demás personas... Cuando las demás hacen algún gesto que a veces no es ni malo, empiezo a pensar mal de mi, en que es mi culpa.... Y todo eso me genera sonrepensae mucho. Y todos son ataques hacia mi persona. Todos.
 
Llamo crisis a cuando me pasa algo fuera que me inestabiliza y provoca que me entren pensamientos intrusivos constantes contra mi persona. Sólo pienso en lo bien que todos estarían sin mi, en que soy una mierda de persona, en que me merezco que me traten mal porque soy mala persona, en la culpa, en que nadie querría estar a mi lado... Es tan abrumador escuchar todo eso...

¿Te das cuenta lo bien que eres capaz de explicarlo? ¿sabes cuánto puede ayudarte esto?

Cuando empezamos a darnos cuenta que las crisis las agravan los pensamientos que nos invaden ¡tenemos mucho ganado!.

No es fácil, pero a veces podemos recordar/identificar ciertos pensamientos de cuando éramos pequeños. Podemos recordar quién los repetía mucho (muchas veces ni siquiera tenían que ser hacia nosotros): un "¡qué bien estaríais sin mí!" o "¡qué bien estaríamos sin tí!"; "¡qué mierda de persona soy!" o "¡qué mierda de persona eres!"; "¡no me merezco que me trates así!" o "¡no me merezco que me traten así!"; "¡yo tengo la culpa!" o "¡tú tienes la culpa!", "¡no quiero estar a tu lado!" o "¡no me extraña que no quieran estar a tu lado"!.

Hay tantas frases, tantas sentencias que hemos escuchado de pequeños que están dentro de nuestro software básico, y quedan en nuestra programación de "adultos" como predeterminado.

Identificar ciertos "cookies" en nuestro software, poder desactivarlos es algo que hay que necesitamos.

Es importante que sepamos qué nos ocurre y por qué; pero eso sólo lo puede hacer cada persona, por eso ayer te decía que escribieras.

Eres una persona metódica, inteligente y a medida que vayas trabajando la voluntad vas a ir viendo ¡todo lo que consigues! :corazoncitos:
 
Yo nunca me atreví a entrometerme... nunca me pegaron pero conmigo eran peor. La nada, la indiferencia absoluta. La ley de hielo. Sabes que es vivir con alguien que es capaz de hacer como que no existes durante semanas? Que ni te mira. Es durísimo. Y yo también lo hacía!! Como no?? Si en enseñaron que cuando te cabreas es el modo de actuar. A día de hoy lo voy mejorando, trabajando mucho en ello. La cosa es que cuesta mucho desaprender ciertas cosas y abandonar ciertos hábitos. Mi psico me dijo que era una de las peores torturas psicológicas. Además de que una de las primeras cosas que me comentó en consulta era que si sabía lo que era la indefensión aprendida. Con eso se puede resumir bien mi vida. Recuerdo a mi padre cabreado, haciéndonos el vacío y yo haciendo todo lo posible porque mis hermanos no lo notaran, no quería que sufrieran como yo sufría... aunque con ellos no eran tan así... solo conmigo. Físicamente era mejor porque nunca me levanto la mano pero mentalmente siempre ha sido hacia mi casi en exclusiva. la violencia se produce de muchas formas, tenemos que aceptar que todos somos violentos, de una forma u otra. Y empezar a solventarlo.
Lamento mucho que hayas tenido que pasar por esas experiencias tan horribles. Al final son patrones que uno aprende desde la infancia, cundo está más vulnerable y esa vulnerabilidad la trasladamos a la vida adulta y permitimos todo tipo de abusos por evitar el tan temido abandono, siendo que a veces es mejor, pero en un inicio no lo parece
 
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