Uau... He estado leyendo atentamente este hilo y ha sido como regresar en el tiempo muchos años atrás. No imaginas cómo empatizo contigo, con vosotras. Cómo podría ser de ayuda? Cómo haceos entender lo valiosas que sois? Como transmitir que SI hay luz al final del túnel?
Sólo puedo hablar desde mi propia experiencia tocando algunos temas.
Con respecto a la medicación decir que en mi humilde opinión solo es una muleta que debería tener un tiempo determinado de uso. Nuestros cerebros están alterados física y químicamente, por eso se necesitan, pero no es la solución. La solución pasa por entender las conversaciones internas, por aprender a manejarlas, por saber quiénes somos realmente, por tener metas, por dar sentido a nuestras vidas. El trabajo está en la psicoterapia. Pero no una cualquiera. Desde los trece años pasé de unos a otros sin resultados. Hay "profesionales" nefastos, hay terapias que no funcionan con nosotras. En la única que he encontrado sentido, respuestas y que me ha ayudado realmente ha sido la analítica breve. Con ella descubrí que no sabía quién era porque había varias "yos". Cada una con una edad, un discurso, unos sentimientos, algunas más disociadas que otras. Son las llamadas PE ( partes emocionales) que se conectaban y desconectaban a su antojo. Identifiqué cada una de ellas, les puse nombre, entendí como actuaban, su discurso. La niña tímida que se siente inútil, incapaz, insegura, una mierda, la que deja que traspasen sus límites. La quinceañera que no tiene vergüenza, ni le teme a nada, que se mete en follones, que es agresiva. La mujer divina de la muerte que va a la caza de tíos, segura de sí misma, hipersexual, boicoteadora. También descubrí a la observadora, la que soy. Aprendí a reconocer mis valores, mis capacidades, mis dones.
Las puse en contacto a unas con otras, establecí diálogos entre ellas, siempre dirigidos por la observadora. Hoy tengo el control sobre todas ellas, algún día alguna se me escapa, pero la hago volver al redil. Hoy se quien soy, me entiendo, me quiero. Y cuando esto ocurre es fácil encontrar sentido a tu vida.
En cuanto al cuerpo... Por qué dejarnos llevar por cánones de una sociedad vacía de valores? Qué es lo bueno, lo adecuado? Si tengo tripa a quien le importa? Hay alguien en este mundo perfecto? Qué es la perfección? Por qué voy a vivir para otros y no para mí misma? Abracemos nuestras tripas, las tetas caídas, la celulitis, las narices grandes, las piernas muy cortas o muy largas,... Abracemos nuestro cuerpo porque es nuestro templo, nuestro sustento del alma que es en definitiva lo que realmente importa.
Las duchas, las tareas domésticas, las obligaciones se hacen cuando se puede. Cuando no se puede no se hace y no pasa absolutamente nada. Si no se puede es porque no se está bien y en ese caso lo que prima es la supervivencia, tratarse con cariño y con una enorme empatía hacia uno mismo, dándose lo que se necesita en cada momento.
Todo mi afecto y fuerza para tí, para todas.