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Desahogo Siento mucha ira...

  • Autor Autor Omyy
  • Fecha de inicio Fecha de inicio
Desahogo

Omyy

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Creo que lo de las etapas de superación de situaciones traumáticas o de injusticia son ciertas. Al principio sentía tristeza por como me han tratado todas esas personas. Sintiéndome miserable y buscando el por qué me trataban mal. Intentando demostrarles que yo no era así. Culpándome para encontrar un por qué. "¿Por qué se reían de mi?", "¿Por qué me trataban mal?", "¿Acaso yo hice algo malo?". Y me decía que seguramente era porque era así. O porque era tal o cual.

Me sentía muy mal. Pero es que al acabar mi etapa universitaria y que hubieran pasado dos meses, me está provocando mucha ira todo esto. Es como que hay situaciones muy asquerosas que me hacen sentir muy mal. Es como que he dejado de curarme y me he dado cuenta que SIEMPRE han sido ellos el problema.
 
Cuando las personas entran en las dinámicas de grupo ésas, en las que se azuzan unas a otras para ser más y más crueles, entonces dejan de ser personas. Son borregos, seres simples y caprichosos en busca de aceptación y de una relevancia trivial -y tribal- egoístas y sin el menor calado. Al paso de estas pluralidades de personas de irritante homogeneidad deja la tierra de ser fértil, amarillea el gris azul del cielo y tropiezas las aves en pleno vuelo.

Si nos enfrentamos a uno de ellos aislado podemos ver que es frágil y temeroso como una caquita de perro bajo una bota de treking. Quizás no ha querido enterarse de cuán lejos ha ido en sus jueguecitos, ni la exacta longitud de la hendidura que el puñal de su necedad nos ha abierto, por su afán de pertenencia al grupo de los "airosos".

Siempre serán felices porque nunca vivirán conscientemente, no perseguirán la verdadera relevancia, ni la belleza en forma de arte, ni tendrán el menor atisvo de inconformismo. Tan dichosos serán como bobos.

Bienaventurados los que son desdichados porque han mirado reflexivamente a la realidad, ¿no?
 
Cuando las personas entran en las dinámicas de grupo ésas, en las que se azuzan unas a otras para ser más y más crueles, entonces dejan de ser personas. Son borregos, seres simples y caprichosos en busca de aceptación y de una relevancia trivial -y tribal- egoístas y sin el menor calado. Al paso de estas pluralidades de personas de irritante homogeneidad deja la tierra de ser fértil, amarillea el gris azul del cielo y tropiezas las aves en pleno vuelo.

Si nos enfrentamos a uno de ellos aislado podemos ver que es frágil y temeroso como una caquita de perro bajo una bota de treking. Quizás no ha querido enterarse de cuán lejos ha ido en sus jueguecitos, ni la exacta longitud de la hendidura que el puñal de su necedad nos ha abierto, por su afán de pertenencia al grupo de los "airosos".

Siempre serán felices porque nunca vivirán conscientemente, no perseguirán la verdadera relevancia, ni la belleza en forma de arte, ni tendrán el menor atisvo de inconformismo. Tan dichosos serán como bobos.

Bienaventurados los que son desdichados porque han mirado reflexivamente a la realidad, ¿no?
Me encanta como escribes. Muchas gracias. La verdad es que ahora siento odio y asco. Pero se que es parte del proceso. Pronto dejaré de odiarla y pasará al olvido...
 
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