¡Un momento! También hay gente maja. Un puñadito, como los cacahuetes que te echas en la mano para ir comiendo. Pero existen. Por lo que sea te sienten, cuando los ánimos se te exaltan te hablan pausadamente y consiguen modular tus vísceras, siempre están de tu parte incluso cuando no están de acuerdo contigo... hay gente que merece la pena. Tienen más cuidado que el que tú mismo tienes contigo, te roban un sonrisa en tu peor momento, te llevan de la mano a admirar el paisaje que tienes justo ante ti y no eras capaz de reconocer, recitan casi de memoria la oda de tus virtudes -esas que no recuerdas en ciertos momentos, ellos siempre-, los plantas, les insultas, les gritas, eres cruel con ellos y no se inmutan, en algún rincón de su interior guardan una lealtad a tu persona tan bien protegida que, cuando los estás despreciando, saben que nada más tienen que esperar que amaine el temporal y tú volverás, y volverás a reconocerlos, valorarlo, quererlos... no me lo invento, lo he visto en un documental de la BBC.