Hola a todos.
Ante todo gracias por el nuevo foro y por permitirme formar parte de él.
Yo soy mujer de 44 años de edad. Hace 5 años me diagnosticaron TLP. El diagnóstico vino después de una terrible crisis. Me salvaron en el hospital.
Al parecer he vivido con la enfermedad toda la vida, pero nunca nadie me había diagnosticado nada, así que podrán imaginarse los estragos que hizo con mi vida. Yo sentía que algo no andaba bien conmigo, pero no fue hasta hace 5 años que empecé a prestarle atención. Mis padres en su ignorancia nunca lo notaron. Pensaban que eran caprichos o rabietas mías de la juventud.
La enfermedad me hizo mucho daño siempre. Pero desde hace 5 años cuando empecé el tratamiento y la terapia, mi vida ha dado un giro total para bien. Soy otra. Me siento más madura y fuerte, y ahora los efectos de la enfermedad los puedo controlar mejor, aunque en ocasiones la enfermedad me gana las batallas y tengo algunas recaidas.
He aprendido que el TLP es un problema muy traicionero. Cuando menos lo esperas, o por un evento inesperado, te ataca y fácilmente puedes perder el control. Yo he logrado evitar perder el control muchas veces, pero en otras ocasiones no lo logro.
Dicen que con el paso de los años, la intensidad de la enfermedad va disminuyendo. Yo ya tengo 44 años, pero como apenas llevo 5 años en tratamiento, siento que me falta bastante por mejorar. Sigo luchando.
Gracias a Dios mi familia me apoya mucho. Tengo una excelente terapeuta. Tengo un buen empleo, donde mis compañeros me aprecian mucho aunque nadie sabe de mi problema. Miento, lo saben solo dos personas (mi jefe y su secretaria que es una gran amiga mía). Estas dos personas se han convertido en mis aliados y consejeros y me han dado el apoyo más grande que jamás imaginé recibir. Doy gracias a Dios por ellos dos. Que el Señor los bendiga.
Soy de Panamá. Vivo con mi mamá y tengo dos hermanos. Mi papá ya murió hace 14 años. Yo sé que si él estuviera vivo, sería un gran aliado mío en la lucha contra esta enfermedad.
Tengo un perrito. Lo compré hace 5 años como parte de mi terapia. Necesitaba un amiguito con quien entretenerme. Se llama Pinky y es un cocker. Es bello y es como mi hijo.
Puedo decirles que una de las cosas que quizá fue un factor determinante para que mi enfermedad no se desarrollara en niveles más severos, ha sido que yo toda la vida me la he pasado estudiando. Me encanta estudiar, aprender cosas nuevas (tengo muchos títulos universitarios). Esa constante actividad mental, que requiere tanta concentración fue un factor favorable para evitar el desarrollo de mi enfermedad. Mantener mi mente ocupada ha sido casi que mi tabla de salvación. Por eso es que yo no paro de estudiar. Siempre busco algo nuevo. Y en mi trabajo, mi jefe me asigna muchos proyectos de gran importancia, porque él sabe que yo no puedo estar inactiva. Y mientras más ocupada estoy, más productiva soy y mejor control tengo sobre mi enfermedad. Me aburre la rutina. Me aburro rápido. Siempre busco innovar con cosas nuevas.
Dios no me dio la bendición de ser mamá o formar una familia, pero la familia que tengo me hace feliz.
Además de TLP, soy diabética e hipertensa. Y tengo glaucoma en mis dos ojos. Tengo que tomar muchos medicamentos, por tantas cosas, pero ya he aprendido a tolerarlo.
Espero que con mi vida y mi experiencia con el TLP yo pueda apoyarlos a ustedes en la medida de mis posibilidades.
Gracias a todos por recibirme. Y cuenten con una amiga en mí.
Un abrazo y que Dios los bendiga cada día. No se rindan.
Ante todo gracias por el nuevo foro y por permitirme formar parte de él.
Yo soy mujer de 44 años de edad. Hace 5 años me diagnosticaron TLP. El diagnóstico vino después de una terrible crisis. Me salvaron en el hospital.
Al parecer he vivido con la enfermedad toda la vida, pero nunca nadie me había diagnosticado nada, así que podrán imaginarse los estragos que hizo con mi vida. Yo sentía que algo no andaba bien conmigo, pero no fue hasta hace 5 años que empecé a prestarle atención. Mis padres en su ignorancia nunca lo notaron. Pensaban que eran caprichos o rabietas mías de la juventud.
La enfermedad me hizo mucho daño siempre. Pero desde hace 5 años cuando empecé el tratamiento y la terapia, mi vida ha dado un giro total para bien. Soy otra. Me siento más madura y fuerte, y ahora los efectos de la enfermedad los puedo controlar mejor, aunque en ocasiones la enfermedad me gana las batallas y tengo algunas recaidas.
He aprendido que el TLP es un problema muy traicionero. Cuando menos lo esperas, o por un evento inesperado, te ataca y fácilmente puedes perder el control. Yo he logrado evitar perder el control muchas veces, pero en otras ocasiones no lo logro.
Dicen que con el paso de los años, la intensidad de la enfermedad va disminuyendo. Yo ya tengo 44 años, pero como apenas llevo 5 años en tratamiento, siento que me falta bastante por mejorar. Sigo luchando.
Gracias a Dios mi familia me apoya mucho. Tengo una excelente terapeuta. Tengo un buen empleo, donde mis compañeros me aprecian mucho aunque nadie sabe de mi problema. Miento, lo saben solo dos personas (mi jefe y su secretaria que es una gran amiga mía). Estas dos personas se han convertido en mis aliados y consejeros y me han dado el apoyo más grande que jamás imaginé recibir. Doy gracias a Dios por ellos dos. Que el Señor los bendiga.
Soy de Panamá. Vivo con mi mamá y tengo dos hermanos. Mi papá ya murió hace 14 años. Yo sé que si él estuviera vivo, sería un gran aliado mío en la lucha contra esta enfermedad.
Tengo un perrito. Lo compré hace 5 años como parte de mi terapia. Necesitaba un amiguito con quien entretenerme. Se llama Pinky y es un cocker. Es bello y es como mi hijo.
Puedo decirles que una de las cosas que quizá fue un factor determinante para que mi enfermedad no se desarrollara en niveles más severos, ha sido que yo toda la vida me la he pasado estudiando. Me encanta estudiar, aprender cosas nuevas (tengo muchos títulos universitarios). Esa constante actividad mental, que requiere tanta concentración fue un factor favorable para evitar el desarrollo de mi enfermedad. Mantener mi mente ocupada ha sido casi que mi tabla de salvación. Por eso es que yo no paro de estudiar. Siempre busco algo nuevo. Y en mi trabajo, mi jefe me asigna muchos proyectos de gran importancia, porque él sabe que yo no puedo estar inactiva. Y mientras más ocupada estoy, más productiva soy y mejor control tengo sobre mi enfermedad. Me aburre la rutina. Me aburro rápido. Siempre busco innovar con cosas nuevas.
Dios no me dio la bendición de ser mamá o formar una familia, pero la familia que tengo me hace feliz.
Además de TLP, soy diabética e hipertensa. Y tengo glaucoma en mis dos ojos. Tengo que tomar muchos medicamentos, por tantas cosas, pero ya he aprendido a tolerarlo.
Espero que con mi vida y mi experiencia con el TLP yo pueda apoyarlos a ustedes en la medida de mis posibilidades.
Gracias a todos por recibirme. Y cuenten con una amiga en mí.
Un abrazo y que Dios los bendiga cada día. No se rindan.
