Virginia 42
Usuario veterano
Explicar la diferencia entre pensamiento concreto y abstracto es tan sencillo como recurrir a los refranes y a las metáforas. Si preguntamos: por qué "quién tiene una casa de cristal no debería tirar piedras"? El pensamiento concreto responderá: porque la casa de cristal se rompe con las pedradas. Desde el pensamiento abstracto, sin embargo, la respuesta será más elaborada y en una dimensión que abarque el significado del dicho popular "quién tiene una casa de cristal no debe tirar piedras". Es decir, mucho menos literal, pero paradójicamente mucho más real (al menos mucho más real /en la mente/).
Estamos habituados, a partir de cierta edad, a tomar apoyo en el pensamiento abstracto. Es maravilloso ser creativos, siempre que elijamos lo que estamos creando. Decimos por ejemplo "no encajo en ningún sitio". Contesté aquí a alguien que las personas no estamos obligadas a encajar porque ni somos piezas ni la vida es un puzzle (pensamiento concreto), y alguien incidió que "encajar" era una metáfora (pensamiento abstracto). Bien, claro, está claro que lo es! "Estoy muerto dentro de mí" es otra metáfora solo real (a veces mucho) en el plano mental; "estoy vacío" o "me siento vacío" es otra metafora, porque si escribo que estoy muerto es evidente que estoy muy vivo mientras lo escribo. "Persona tóxica" es otra metafora, porque no es que fulano tenga matarratas en la sangre o cicuta, sino que Fulano tiene una actitud que a otra persona le produce una reacción x que le lleva a etiquetarle de ese modo. Está claro: en la mente, la presencia del pensamiento abstracto crea realidad. O más bien, creer en algunas metáforas crea realidad en uno.
Sólo puedo hablar de mi caso en esto, porque solo tengo observación en mi propia realidad mental. Y en mi caso -alguno dirá: ya está Vir con sus cosas, como si hubiera descubierto el mundo, como si todo fuera tan facil- me ha salvado la vida elegir no creer en según qué metaforas. No estamos obligados a creer todo lo que nos dicen, ni todo lo que pensamos. Desde hace años ya no creo en ciertas metáforas como parte de mi realidad. "Creo" de "creer" y de "crear".
No sé ni me importa de qué iluminada cabeza salió que una persona tenía que encajar como si fuera una pieza mecánica. Yo creo en conectar con personas, y conectar implica tomar en consideración a mí misma y a otros desde mi ser completo en el Sentimiento. En el Sentimiento significa: por encima de lo que pienso e incluso de mis emociones (reacciones parciales). Porque desde mi pensamiento no puedo entrar en el pensamiento de otro, evidentemente, pero desde mi Sentimiento soy capaz de percibir a otro como alguien que siente a su manera, que sufre a su manera, y no me hace falta juzgarlo ni me hace falta nada más. Tratarme a mí misma en mi mente como objeto es maltratarme, y no quiero tampoco tratar de esa forma a otros por extensión. Es cuestión de que simplemente esa fórmula no la creo; no la creo en mi realidad, no está en mi realidad.
Suelo preguntarme qué verdad hay tras cada ideario abstracto de lo que yo llamo mi "mente inferior"(mi mente inferior es la que cree que Todo es solo lo que ella percibe, la que se fundamenta en cadenas de juicios y creencias implantadas/no elegidas). Para mí, "vacío" era "algo" que yo llamaba "nada", y que colocaba en mí, porque dentro de mí había un dolor insoportable al que no quería ni mirar. Pude pasar a través de ese dolor (y llegar a la otra orilla, metafóricamente hablando!) porque pude identificarlo, fueron años de trabajo aprender a observarme y a observar sin juzgar. Fueron años de sesiones, pero merecieron la pena. De nuevo la metáfora dibuja un viaje apasionante entonces, muy real para mí, en la consulta de psicoanálisis donde acudía una o dos veces por semana.
Suelo preguntarme qué verdad hay de fondo en cada pensamiento abstracto. Me he acostumbrado a ello. Me cuido mucho de lo que creo (de creer, y de crear) en mi realidad.
Nadie está obligado a permanecer atrapado en un engaño. Ya existen bastantes condicionamientos desde este sistema que nos bombardea con falsas necesidades (afortunadamente, el sistema no es la vida). Este sistema que dice: tienes que comprarte está pasta de dientes que te dejará los piños blanco nuclear para ser bello (??), tienes que ser "exitoso" para ser amado, tienes que ser "algo" en la vida para ser feliz, futuro vs presente, blablabla. Quién querría encajar" en esta máquina. Yo desde luego no; ni es mi guerra ni va conmigo.
La realidad es de cada uno. La realidad es mental, y a veces la mente miente. El corazón elige, y la inteligencia disuelve engaño.
Que la mente sea herramienta que nosotros usamos, y no un dios que nos usa a nosotros.
Estamos habituados, a partir de cierta edad, a tomar apoyo en el pensamiento abstracto. Es maravilloso ser creativos, siempre que elijamos lo que estamos creando. Decimos por ejemplo "no encajo en ningún sitio". Contesté aquí a alguien que las personas no estamos obligadas a encajar porque ni somos piezas ni la vida es un puzzle (pensamiento concreto), y alguien incidió que "encajar" era una metáfora (pensamiento abstracto). Bien, claro, está claro que lo es! "Estoy muerto dentro de mí" es otra metáfora solo real (a veces mucho) en el plano mental; "estoy vacío" o "me siento vacío" es otra metafora, porque si escribo que estoy muerto es evidente que estoy muy vivo mientras lo escribo. "Persona tóxica" es otra metafora, porque no es que fulano tenga matarratas en la sangre o cicuta, sino que Fulano tiene una actitud que a otra persona le produce una reacción x que le lleva a etiquetarle de ese modo. Está claro: en la mente, la presencia del pensamiento abstracto crea realidad. O más bien, creer en algunas metáforas crea realidad en uno.
Sólo puedo hablar de mi caso en esto, porque solo tengo observación en mi propia realidad mental. Y en mi caso -alguno dirá: ya está Vir con sus cosas, como si hubiera descubierto el mundo, como si todo fuera tan facil- me ha salvado la vida elegir no creer en según qué metaforas. No estamos obligados a creer todo lo que nos dicen, ni todo lo que pensamos. Desde hace años ya no creo en ciertas metáforas como parte de mi realidad. "Creo" de "creer" y de "crear".
No sé ni me importa de qué iluminada cabeza salió que una persona tenía que encajar como si fuera una pieza mecánica. Yo creo en conectar con personas, y conectar implica tomar en consideración a mí misma y a otros desde mi ser completo en el Sentimiento. En el Sentimiento significa: por encima de lo que pienso e incluso de mis emociones (reacciones parciales). Porque desde mi pensamiento no puedo entrar en el pensamiento de otro, evidentemente, pero desde mi Sentimiento soy capaz de percibir a otro como alguien que siente a su manera, que sufre a su manera, y no me hace falta juzgarlo ni me hace falta nada más. Tratarme a mí misma en mi mente como objeto es maltratarme, y no quiero tampoco tratar de esa forma a otros por extensión. Es cuestión de que simplemente esa fórmula no la creo; no la creo en mi realidad, no está en mi realidad.
Suelo preguntarme qué verdad hay tras cada ideario abstracto de lo que yo llamo mi "mente inferior"(mi mente inferior es la que cree que Todo es solo lo que ella percibe, la que se fundamenta en cadenas de juicios y creencias implantadas/no elegidas). Para mí, "vacío" era "algo" que yo llamaba "nada", y que colocaba en mí, porque dentro de mí había un dolor insoportable al que no quería ni mirar. Pude pasar a través de ese dolor (y llegar a la otra orilla, metafóricamente hablando!) porque pude identificarlo, fueron años de trabajo aprender a observarme y a observar sin juzgar. Fueron años de sesiones, pero merecieron la pena. De nuevo la metáfora dibuja un viaje apasionante entonces, muy real para mí, en la consulta de psicoanálisis donde acudía una o dos veces por semana.
Suelo preguntarme qué verdad hay de fondo en cada pensamiento abstracto. Me he acostumbrado a ello. Me cuido mucho de lo que creo (de creer, y de crear) en mi realidad.
Nadie está obligado a permanecer atrapado en un engaño. Ya existen bastantes condicionamientos desde este sistema que nos bombardea con falsas necesidades (afortunadamente, el sistema no es la vida). Este sistema que dice: tienes que comprarte está pasta de dientes que te dejará los piños blanco nuclear para ser bello (??), tienes que ser "exitoso" para ser amado, tienes que ser "algo" en la vida para ser feliz, futuro vs presente, blablabla. Quién querría encajar" en esta máquina. Yo desde luego no; ni es mi guerra ni va conmigo.
La realidad es de cada uno. La realidad es mental, y a veces la mente miente. El corazón elige, y la inteligencia disuelve engaño.
Que la mente sea herramienta que nosotros usamos, y no un dios que nos usa a nosotros.
Última edición: