Es que esa cuestión es la que se está intentando modificar. Al parecer, a ojos de la ley, un TLP es consciente de sus actos y, por ende, se le considera medio culpable de ellos, a pesar de la enfermedad. La enfermedad no es eximente de su conducta. Lo que este médico y cía quieren demostrar es que nuestra impulsividad, derivada de la enfermedad, es la que nos impide controlar esos actos delictivos. Digamos que se quiere conseguir que la ley contemple que no somos responsables de nuestros actos en estados de crisis porque no lo podemos controlar. Es un asunto muy interesante. Un TLP en la cárcel se moriría. Sería víctima de más abusos y maltratos. No es su sitio.