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Detrás de muchos de nuestros excesos se esconden nuestros vacíos

  • Autor Autor Catalina
  • Fecha de inicio Fecha de inicio
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Nuestro vacío emocional nos recuerda que hay algo que no logramos completar, algo que nos llena de inestabilidad y frustración. Podemos intentar llenar ese vacío con excesos, bebiendo alcohol hasta que los sentidos se nublen, machacándonos en el gimnasio, comiendo emocionalmente o comprando de manera compulsiva, pero la sensación de desesperanza después de realizar estas conductas seguirá o incluso aumentará.
La sensación de vacío puede producirnos bloqueo emocional, que es lo que termina impidiendo que nos enfrentarnos a nuestra realidad, llevándonos a una vida de desorden para cubrir nuestras carencias.

La lucha contra el vacío emocional no es fácil, pero los excesos no son la solución. Una buena parte de las emociones y sensaciones más negativas que podemos llegar a experimentan se aúnan, haciéndonos sentir que nos hemos sumergido en un pozo muy profundo. Estas emociones nos producen una sensación de indefensión que aparece cuando somos incapaces de reaccionar frente a situaciones dolorosas.
Cuando lo damos todo por perdido, los excesos nos parecen la única solución para completarnos. Cualquier conducta placentera normal se convierte en susceptible de un comportamiento psicológicamente adictivo. De hecho, se podrían hacer usos anormales de una conducta normal en función de la intensidad, la frecuencia, el grado de interferencia en las relaciones personales.
“El exceso es un defecto, es el veneno de la razón”.
-Francisco de Quevedo-


Sentirnos incapaces de afrontar nuestros vacíos nos lleva al exceso

Los excesos controlan nuestra conducta, llegando incluso a negar de forma manifiesta este comportamiento. Este circulo vicioso, en el que los excesos aumentan nuestras vacíos, solo terminará cuando afrontemos lo que nos lleva a estas “conductas de abandono”.
Cuando somos incapaces de reaccionar frente a situaciones problemáticas, una barrera se interpone entre nosotros y aquello que debemos de afrontar, lo que genera un caldo de cultivo para las conductas excesivas. Existen algunas señales que nos advierten de que podemos estar cayendo en comportamientos excesivos para maquillar la realidad que nos atormenta. La evitación de actividades, el nerviosismo cotidiano, el temor y la falta de motivación son las consecuencias de no afrontar correctamente nuestros vacíos.
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Llamar necesidad a casi todo puede ser el gran problema. Detrás de las necesidades se encuentran nuestros vacíos y detrás de los vacíos se encuentran nuestros excesos. Identificar las necesidades que nos condicionan es crucial para llegar a entender nuestros vacíos. Una necesidad moderada es normal y sana, el problema se produce cuando esa necesidad se convierte en algo irrefrenable.

“Según las cosas que a uno le proporcionen la felicidad, éstas conducirán a un juego en el que la suma siempre será cero: como una adicción, que requiere constantes dosis de adquisiciones y, a menudo que se tenga más de algo que los vecinos, nada de lo que se tiene importa demasiado”.
-Mihály Csíkszentmihályi-

Hay que ser valiente para reconocer lo que nos falta

No hay nada mejor que conocernos para acabar con nuestros vacíos. Muchas de las personas que acuden a consulta y que dicen experimentar una gran sensación de vacío se conocen muy poco a sí mismas, llevan tiempo sin actualizar esa visión que un día generaron y a la que muchas veces miran concierta nostalgia.
Siendo conscientes de que son diferentes, de que los años han pasado; sabiendo que ya no son los de antes pero sin saber quiénes son ahora. Cuando la sensación de anhedonia nos invade y no sabemos lo que nos pasa y/o por qué nos pasa, es el momento de actuar, de ser valientes y de reconocer que algo no va bien.
Reconocer lo que nos falta conlleva una reflexión profunda de nuestras necesidades emocionales, más allá de lo trivial, de lo material y de lo que los demás esperan de nosotros. Hay que ser muy valiente para reconocer que estamos lejos de llevar la vida que queremos o la vida que en su día garabateamos en el horizonte. Solo una persona completa es capaz de confesar sus faltas y de reconocer sus errores.
Solo una persona que se mira con buenos ojos, y en esa mirada pone cariño, está en disposición para aceptarse e integrar sus deseos en su identidad, dinámica y mutante por definición, de manera que esta fusión no produzca una disonancia.
 
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Nuestro vacío emocional nos recuerda que hay algo que no logramos completar, algo que nos llena de inestabilidad y frustración. Podemos intentar llenar ese vacío con excesos, bebiendo alcohol hasta que los sentidos se nublen, machacándonos en el gimnasio, comiendo emocionalmente o comprando de manera compulsiva, pero la sensación de desesperanza después de realizar estas conductas seguirá o incluso aumentará.
La sensación de vacío puede producirnos bloqueo emocional, que es lo que termina impidiendo que nos enfrentarnos a nuestra realidad, llevándonos a una vida de desorden para cubrir nuestras carencias.

La lucha contra el vacío emocional no es fácil, pero los excesos no son la solución. Una buena parte de las emociones y sensaciones más negativas que podemos llegar a experimentan se aúnan, haciéndonos sentir que nos hemos sumergido en un pozo muy profundo. Estas emociones nos producen una sensación de indefensión que aparece cuando somos incapaces de reaccionar frente a situaciones dolorosas.
Cuando lo damos todo por perdido, los excesos nos parecen la única solución para completarnos. Cualquier conducta placentera normal se convierte en susceptible de un comportamiento psicológicamente adictivo. De hecho, se podrían hacer usos anormales de una conducta normal en función de la intensidad, la frecuencia, el grado de interferencia en las relaciones personales.
“El exceso es un defecto, es el veneno de la razón”.
-Francisco de Quevedo-

Sentirnos incapaces de afrontar nuestros vacíos nos lleva al exceso

Los excesos controlan nuestra conducta, llegando incluso a negar de forma manifiesta este comportamiento. Este circulo vicioso, en el que los excesos aumentan nuestras vacíos, solo terminará cuando afrontemos lo que nos lleva a estas “conductas de abandono”.
Cuando somos incapaces de reaccionar frente a situaciones problemáticas, una barrera se interpone entre nosotros y aquello que debemos de afrontar, lo que genera un caldo de cultivo para las conductas excesivas. Existen algunas señales que nos advierten de que podemos estar cayendo en comportamientos excesivos para maquillar la realidad que nos atormenta. La evitación de actividades, el nerviosismo cotidiano, el temor y la falta de motivación son las consecuencias de no afrontar correctamente nuestros vacíos.
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Llamar necesidad a casi todo puede ser el gran problema. Detrás de las necesidades se encuentran nuestros vacíos y detrás de los vacíos se encuentran nuestros excesos. Identificar las necesidades que nos condicionan es crucial para llegar a entender nuestros vacíos. Una necesidad moderada es normal y sana, el problema se produce cuando esa necesidad se convierte en algo irrefrenable.

“Según las cosas que a uno le proporcionen la felicidad, éstas conducirán a un juego en el que la suma siempre será cero: como una adicción, que requiere constantes dosis de adquisiciones y, a menudo que se tenga más de algo que los vecinos, nada de lo que se tiene importa demasiado”.
-Mihály Csíkszentmihályi-
Hay que ser valiente para reconocer lo que nos falta

No hay nada mejor que conocernos para acabar con nuestros vacíos.
Muchas de las personas que acuden a consulta y que dicen experimentar una gran sensación de vacío se conocen muy poco a sí mismas, llevan tiempo sin actualizar esa visión que un día generaron y a la que muchas veces miran concierta nostalgia.
Siendo conscientes de que son diferentes, de que los años han pasado; sabiendo que ya no son los de antes pero sin saber quiénes son ahora. Cuando la sensación de anhedonia nos invade y no sabemos lo que nos pasa y/o por qué nos pasa, es el momento de actuar, de ser valientes y de reconocer que algo no va bien.
Reconocer lo que nos falta conlleva una reflexión profunda de nuestras necesidades emocionales, más allá de lo trivial, de lo material y de lo que los demás esperan de nosotros. Hay que ser muy valiente para reconocer que estamos lejos de llevar la vida que queremos o la vida que en su día garabateamos en el horizonte. Solo una persona completa es capaz de confesar sus faltas y de reconocer sus errores.
Solo una persona que se mira con buenos ojos, y en esa mirada pone cariño, está en disposición para aceptarse e integrar sus deseos en su identidad, dinámica y mutante por definición, de manera que esta fusión no produzca una disonancia.
Gracias
 
mi problema será q todavía no comprendo k plenitud tiene el resto d la gente en lugar d vacío. la vida no tiene sentido y es absurda, pero creo q como no pueden soportarlo los borderlines somos kienes estamos trastornados y enfermos x ser conscientes d ello. una vez empecé a leer el mito d sísifo d albert camus y el pánico q sentí me impidió pasar d la introducción. a día d hoy no lo he leído pero una vez vi una reseña al respecto y la tomé como filosofía d vida. el hecho d q la vida sea absurda y no tenga sentido no nos invita al pesimismo, sino precisamente al vitalismo. pensar muy en profundidad no lleva a ningún sitio

y así es como superé un grave bucle d alteraciones en mi vida, aunq debo decir q no todo en adelante es camino d rosas. porq somos los conscientes contra el resto d personas q nunca han salido del automatismo q suponen sus conductas, q nunca han entrado a plantearse esta primeramente dolorosa tesis. no es fácil pues tomar un estilo d vida consciente entre tanto autómata
 
Última edición:
Solo hay una cosa en exceso que nos va a llenar el vacío existencial que tenemos y es el amor hacia nosotros mismos.
buenas foro y yo me pregunto, como vamos a querernos a nosotros mismos cuando no sabemos ni siquiera manejar la más simples de las emociones??? Es complicado el tema...
Hay lo dejo
 
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Nuestro vacío emocional nos recuerda que hay algo que no logramos completar, algo que nos llena de inestabilidad y frustración. Podemos intentar llenar ese vacío con excesos, bebiendo alcohol hasta que los sentidos se nublen, machacándonos en el gimnasio, comiendo emocionalmente o comprando de manera compulsiva, pero la sensación de desesperanza después de realizar estas conductas seguirá o incluso aumentará.
La sensación de vacío puede producirnos bloqueo emocional, que es lo que termina impidiendo que nos enfrentarnos a nuestra realidad, llevándonos a una vida de desorden para cubrir nuestras carencias.

La lucha contra el vacío emocional no es fácil, pero los excesos no son la solución. Una buena parte de las emociones y sensaciones más negativas que podemos llegar a experimentan se aúnan, haciéndonos sentir que nos hemos sumergido en un pozo muy profundo. Estas emociones nos producen una sensación de indefensión que aparece cuando somos incapaces de reaccionar frente a situaciones dolorosas.
Cuando lo damos todo por perdido, los excesos nos parecen la única solución para completarnos. Cualquier conducta placentera normal se convierte en susceptible de un comportamiento psicológicamente adictivo. De hecho, se podrían hacer usos anormales de una conducta normal en función de la intensidad, la frecuencia, el grado de interferencia en las relaciones personales.
“El exceso es un defecto, es el veneno de la razón”.
-Francisco de Quevedo-

Sentirnos incapaces de afrontar nuestros vacíos nos lleva al exceso

Los excesos controlan nuestra conducta, llegando incluso a negar de forma manifiesta este comportamiento. Este circulo vicioso, en el que los excesos aumentan nuestras vacíos, solo terminará cuando afrontemos lo que nos lleva a estas “conductas de abandono”.
Cuando somos incapaces de reaccionar frente a situaciones problemáticas, una barrera se interpone entre nosotros y aquello que debemos de afrontar, lo que genera un caldo de cultivo para las conductas excesivas. Existen algunas señales que nos advierten de que podemos estar cayendo en comportamientos excesivos para maquillar la realidad que nos atormenta. La evitación de actividades, el nerviosismo cotidiano, el temor y la falta de motivación son las consecuencias de no afrontar correctamente nuestros vacíos.
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Llamar necesidad a casi todo puede ser el gran problema. Detrás de las necesidades se encuentran nuestros vacíos y detrás de los vacíos se encuentran nuestros excesos. Identificar las necesidades que nos condicionan es crucial para llegar a entender nuestros vacíos. Una necesidad moderada es normal y sana, el problema se produce cuando esa necesidad se convierte en algo irrefrenable.

“Según las cosas que a uno le proporcionen la felicidad, éstas conducirán a un juego en el que la suma siempre será cero: como una adicción, que requiere constantes dosis de adquisiciones y, a menudo que se tenga más de algo que los vecinos, nada de lo que se tiene importa demasiado”.
-Mihály Csíkszentmihályi-
Hay que ser valiente para reconocer lo que nos falta

No hay nada mejor que conocernos para acabar con nuestros vacíos.
Muchas de las personas que acuden a consulta y que dicen experimentar una gran sensación de vacío se conocen muy poco a sí mismas, llevan tiempo sin actualizar esa visión que un día generaron y a la que muchas veces miran concierta nostalgia.
Siendo conscientes de que son diferentes, de que los años han pasado; sabiendo que ya no son los de antes pero sin saber quiénes son ahora. Cuando la sensación de anhedonia nos invade y no sabemos lo que nos pasa y/o por qué nos pasa, es el momento de actuar, de ser valientes y de reconocer que algo no va bien.
Reconocer lo que nos falta conlleva una reflexión profunda de nuestras necesidades emocionales, más allá de lo trivial, de lo material y de lo que los demás esperan de nosotros. Hay que ser muy valiente para reconocer que estamos lejos de llevar la vida que queremos o la vida que en su día garabateamos en el horizonte. Solo una persona completa es capaz de confesar sus faltas y de reconocer sus errores.
Solo una persona que se mira con buenos ojos, y en esa mirada pone cariño, está en disposición para aceptarse e integrar sus deseos en su identidad, dinámica y mutante por definición, de manera que esta fusión no produzca una disonancia.
He estudiado algo de aromaterapia, El aceite esencial de Mandarina reconforta esa sensación de vacío.
Un abrazo
 
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Nuestro vacío emocional nos recuerda que hay algo que no logramos completar, algo que nos llena de inestabilidad y frustración. Podemos intentar llenar ese vacío con excesos, bebiendo alcohol hasta que los sentidos se nublen, machacándonos en el gimnasio, comiendo emocionalmente o comprando de manera compulsiva, pero la sensación de desesperanza después de realizar estas conductas seguirá o incluso aumentará.
La sensación de vacío puede producirnos bloqueo emocional, que es lo que termina impidiendo que nos enfrentarnos a nuestra realidad, llevándonos a una vida de desorden para cubrir nuestras carencias.

La lucha contra el vacío emocional no es fácil, pero los excesos no son la solución. Una buena parte de las emociones y sensaciones más negativas que podemos llegar a experimentan se aúnan, haciéndonos sentir que nos hemos sumergido en un pozo muy profundo. Estas emociones nos producen una sensación de indefensión que aparece cuando somos incapaces de reaccionar frente a situaciones dolorosas.
Cuando lo damos todo por perdido, los excesos nos parecen la única solución para completarnos. Cualquier conducta placentera normal se convierte en susceptible de un comportamiento psicológicamente adictivo. De hecho, se podrían hacer usos anormales de una conducta normal en función de la intensidad, la frecuencia, el grado de interferencia en las relaciones personales.
“El exceso es un defecto, es el veneno de la razón”.
-Francisco de Quevedo-

Sentirnos incapaces de afrontar nuestros vacíos nos lleva al exceso

Los excesos controlan nuestra conducta, llegando incluso a negar de forma manifiesta este comportamiento. Este circulo vicioso, en el que los excesos aumentan nuestras vacíos, solo terminará cuando afrontemos lo que nos lleva a estas “conductas de abandono”.
Cuando somos incapaces de reaccionar frente a situaciones problemáticas, una barrera se interpone entre nosotros y aquello que debemos de afrontar, lo que genera un caldo de cultivo para las conductas excesivas. Existen algunas señales que nos advierten de que podemos estar cayendo en comportamientos excesivos para maquillar la realidad que nos atormenta. La evitación de actividades, el nerviosismo cotidiano, el temor y la falta de motivación son las consecuencias de no afrontar correctamente nuestros vacíos.
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Llamar necesidad a casi todo puede ser el gran problema. Detrás de las necesidades se encuentran nuestros vacíos y detrás de los vacíos se encuentran nuestros excesos. Identificar las necesidades que nos condicionan es crucial para llegar a entender nuestros vacíos. Una necesidad moderada es normal y sana, el problema se produce cuando esa necesidad se convierte en algo irrefrenable.

“Según las cosas que a uno le proporcionen la felicidad, éstas conducirán a un juego en el que la suma siempre será cero: como una adicción, que requiere constantes dosis de adquisiciones y, a menudo que se tenga más de algo que los vecinos, nada de lo que se tiene importa demasiado”.
-Mihály Csíkszentmihályi-
Hay que ser valiente para reconocer lo que nos falta

No hay nada mejor que conocernos para acabar con nuestros vacíos.
Muchas de las personas que acuden a consulta y que dicen experimentar una gran sensación de vacío se conocen muy poco a sí mismas, llevan tiempo sin actualizar esa visión que un día generaron y a la que muchas veces miran concierta nostalgia.
Siendo conscientes de que son diferentes, de que los años han pasado; sabiendo que ya no son los de antes pero sin saber quiénes son ahora. Cuando la sensación de anhedonia nos invade y no sabemos lo que nos pasa y/o por qué nos pasa, es el momento de actuar, de ser valientes y de reconocer que algo no va bien.
Reconocer lo que nos falta conlleva una reflexión profunda de nuestras necesidades emocionales, más allá de lo trivial, de lo material y de lo que los demás esperan de nosotros. Hay que ser muy valiente para reconocer que estamos lejos de llevar la vida que queremos o la vida que en su día garabateamos en el horizonte. Solo una persona completa es capaz de confesar sus faltas y de reconocer sus errores.
Solo una persona que se mira con buenos ojos, y en esa mirada pone cariño, está en disposición para aceptarse e integrar sus deseos en su identidad, dinámica y mutante por definición, de manera que esta fusión no produzca una disonancia.
Gracias por este artículo, soy compradora compulsiva para llenar mi gran sensacion de estar en un tunel sin salida , me desespero y quiero desaparecer no veo luz 💡
 
Gracias Carmela por tu artículo. No me he podido sentir más identificada. Uno de mis mayores problemas, es que siento tanto dolor ante ese vacío que son incapaz de aguantarlo y para resistir recurro al consumo de alcohol, drogas, atracones constantes, consumo de pastillas para que me hagan dormir y no pensar... pienso que en el fondo el problema es que es que estoy frustrada con mi vida. Que tengo tantas cosas que cambiar y gestionar, que me agobio y no sé por dónde empezar. No sé que me gusta, ni que quiero. He perdido el placer por cualquier actividad "sana" y siento un estado cosntante de depresión. Creo que nunca seré normal y que nadie va a aceptarme y quererme como soy. Necesito ayuda soy consciente. He pasado por varios psicólogos y terapias ( orientadas a TCA, trauma y ahora estoy con una para el TLP) pero no siento avances). Realmente estoy totalmente desesperada. Me siento fuera de control. Y sin fuerzas. Si alguien ha pasado por la misma situción o puede darme algún consejo o simplemente se ofrece a hablar conmigo, lo agradecería muchísimo. Ningún terapeuta me comprende, no son capaces de sentir mi dolor. Un dolor que no puedo explicar con palabras. No sé adonde recurrir. Aquí en mi Comunidad Autónoma, no tenemos una unidad específica y se me agota la esperanza.
No pretendo ser tóxica para el grupo, de verdad. Se que de esto se sale con esfuerzo, por eso pido ayuda, porque sé tras la tormenta llega la calma, por eso quiero seguir luchando. Pero necesito el apoyo de personas que me entiendan, que sepan lo que es tener esta patología. -
Siento mucho si he ofendido a alguien, no era mi intención y muchas gracias por quien se haya tomando el tiempo de leerme.
Un abrazo a tod@s.
 
Gracias Carmela por tu artículo. No me he podido sentir más identificada. Uno de mis mayores problemas, es que siento tanto dolor ante ese vacío que son incapaz de aguantarlo y para resistir recurro al consumo de alcohol, drogas, atracones constantes, consumo de pastillas para que me hagan dormir y no pensar... pienso que en el fondo el problema es que es que estoy frustrada con mi vida. Que tengo tantas cosas que cambiar y gestionar, que me agobio y no sé por dónde empezar. No sé que me gusta, ni que quiero. He perdido el placer por cualquier actividad "sana" y siento un estado cosntante de depresión. Creo que nunca seré normal y que nadie va a aceptarme y quererme como soy. Necesito ayuda soy consciente. He pasado por varios psicólogos y terapias ( orientadas a TCA, trauma y ahora estoy con una para el TLP) pero no siento avances). Realmente estoy totalmente desesperada. Me siento fuera de control. Y sin fuerzas. Si alguien ha pasado por la misma situción o puede darme algún consejo o simplemente se ofrece a hablar conmigo, lo agradecería muchísimo. Ningún terapeuta me comprende, no son capaces de sentir mi dolor. Un dolor que no puedo explicar con palabras. No sé adonde recurrir. Aquí en mi Comunidad Autónoma, no tenemos una unidad específica y se me agota la esperanza.
No pretendo ser tóxica para el grupo, de verdad. Se que de esto se sale con esfuerzo, por eso pido ayuda, porque sé tras la tormenta llega la calma, por eso quiero seguir luchando. Pero necesito el apoyo de personas que me entiendan, que sepan lo que es tener esta patología. -
Siento mucho si he ofendido a alguien, no era mi intención y muchas gracias por quien se haya tomando el tiempo de leerme.
Un abrazo a tod@s.
Extraordinario testimonio de lo que atraviesas con tu enfermedad. Nunca había leído a alguien que escribiera con tanta pasión y exsmactitud lo que es vivir con esta enfermedad. Quizá no lo ves, pero el que puedas escribir esto habla de tu capacidad, de tus ganas de progresar. Deseo que te vaya buen.
 
Gracias Carmela por tu artículo. No me he podido sentir más identificada. Uno de mis mayores problemas, es que siento tanto dolor ante ese vacío que son incapaz de aguantarlo y para resistir recurro al consumo de alcohol, drogas, atracones constantes, consumo de pastillas para que me hagan dormir y no pensar... pienso que en el fondo el problema es que es que estoy frustrada con mi vida. Que tengo tantas cosas que cambiar y gestionar, que me agobio y no sé por dónde empezar. No sé que me gusta, ni que quiero. He perdido el placer por cualquier actividad "sana" y siento un estado cosntante de depresión. Creo que nunca seré normal y que nadie va a aceptarme y quererme como soy. Necesito ayuda soy consciente. He pasado por varios psicólogos y terapias ( orientadas a TCA, trauma y ahora estoy con una para el TLP) pero no siento avances). Realmente estoy totalmente desesperada. Me siento fuera de control. Y sin fuerzas. Si alguien ha pasado por la misma situción o puede darme algún consejo o simplemente se ofrece a hablar conmigo, lo agradecería muchísimo. Ningún terapeuta me comprende, no son capaces de sentir mi dolor. Un dolor que no puedo explicar con palabras. No sé adonde recurrir. Aquí en mi Comunidad Autónoma, no tenemos una unidad específica y se me agota la esperanza.
No pretendo ser tóxica para el grupo, de verdad. Se que de esto se sale con esfuerzo, por eso pido ayuda, porque sé tras la tormenta llega la calma, por eso quiero seguir luchando. Pero necesito el apoyo de personas que me entiendan, que sepan lo que es tener esta patología. -
Siento mucho si he ofendido a alguien, no era mi intención y muchas gracias por quien se haya tomando el tiempo de leerme.
Un abrazo a tod@s.
Si necesitas el apoyo de personas k te entiendan, desde luego k este es lugar. Nos tienes. Besos y abrazos
 
Gracias Carmela por tu artículo. No me he podido sentir más identificada. Uno de mis mayores problemas, es que siento tanto dolor ante ese vacío que son incapaz de aguantarlo y para resistir recurro al consumo de alcohol, drogas, atracones constantes, consumo de pastillas para que me hagan dormir y no pensar... pienso que en el fondo el problema es que es que estoy frustrada con mi vida. Que tengo tantas cosas que cambiar y gestionar, que me agobio y no sé por dónde empezar. No sé que me gusta, ni que quiero. He perdido el placer por cualquier actividad "sana" y siento un estado cosntante de depresión. Creo que nunca seré normal y que nadie va a aceptarme y quererme como soy. Necesito ayuda soy consciente. He pasado por varios psicólogos y terapias ( orientadas a TCA, trauma y ahora estoy con una para el TLP) pero no siento avances). Realmente estoy totalmente desesperada. Me siento fuera de control. Y sin fuerzas. Si alguien ha pasado por la misma situción o puede darme algún consejo o simplemente se ofrece a hablar conmigo, lo agradecería muchísimo. Ningún terapeuta me comprende, no son capaces de sentir mi dolor. Un dolor que no puedo explicar con palabras. No sé adonde recurrir. Aquí en mi Comunidad Autónoma, no tenemos una unidad específica y se me agota la esperanza.
No pretendo ser tóxica para el grupo, de verdad. Se que de esto se sale con esfuerzo, por eso pido ayuda, porque sé tras la tormenta llega la calma, por eso quiero seguir luchando. Pero necesito el apoyo de personas que me entiendan, que sepan lo que es tener esta patología. -
Siento mucho si he ofendido a alguien, no era mi intención y muchas gracias por quien se haya tomando el tiempo de leerme.
Un abrazo a tod@s.
Cuando nos da un vacío existencial y de repente empiezas a autodestruirte empiezas también a tomar malas decisiones con tu vida. Como sabes y como hueles que ya es época de autodestrucción ya sabes que vas a caer y te preparas para lo que va a venir: mientes, desordenas más cosas de tu vida, si te dicen "por ahí no" pos tu ahí que vas, cambias de estar súper contento a estar enfadadisimo y indignado con el mundo en el que vives y analizas la triste vida de las personas que no profundizan tanto como nosotros.
Pero si en vez de decir "que viva la fiesta de la autodestrucción" tomas la decisión de que todo paso que des aunque no sepas donde te lleve será pensando en tu bienestar, es decir, si me voy a meter una ralla sabes perfectamente que después te sientes como una mier... así que decido no hacerlo y hacer algo que realmente aunque no me sirva para nada ahora mismo no constituye manera de autolesion...por ejemplo me acuesto pronto y me piro a la montaña al día siguiente aunque no tenga ganas, que pierdes? nada y que pierdes consumiendo? salud, dinero, autoestima etc. No sé no tengo la verdad suprema pero estos consejillos me los dieron en su momento y me mantengo estable gracias a esto. A veces no es necesario llenar el vacío ya y con todo, es un proceso y en ese camino te lleve o no a llenarlo(ojo que esto da pa un libro) puedes cambiar de opinión mil veces pero que lo que hagas no te haga daño

Un saludin
 
Gracias Carmela por tu artículo. No me he podido sentir más identificada. Uno de mis mayores problemas, es que siento tanto dolor ante ese vacío que son incapaz de aguantarlo y para resistir recurro al consumo de alcohol, drogas, atracones constantes, consumo de pastillas para que me hagan dormir y no pensar... pienso que en el fondo el problema es que es que estoy frustrada con mi vida. Que tengo tantas cosas que cambiar y gestionar, que me agobio y no sé por dónde empezar. No sé que me gusta, ni que quiero. He perdido el placer por cualquier actividad "sana" y siento un estado cosntante de depresión. Creo que nunca seré normal y que nadie va a aceptarme y quererme como soy. Necesito ayuda soy consciente. He pasado por varios psicólogos y terapias ( orientadas a TCA, trauma y ahora estoy con una para el TLP) pero no siento avances). Realmente estoy totalmente desesperada. Me siento fuera de control. Y sin fuerzas. Si alguien ha pasado por la misma situción o puede darme algún consejo o simplemente se ofrece a hablar conmigo, lo agradecería muchísimo. Ningún terapeuta me comprende, no son capaces de sentir mi dolor. Un dolor que no puedo explicar con palabras. No sé adonde recurrir. Aquí en mi Comunidad Autónoma, no tenemos una unidad específica y se me agota la esperanza.
No pretendo ser tóxica para el grupo, de verdad. Se que de esto se sale con esfuerzo, por eso pido ayuda, porque sé tras la tormenta llega la calma, por eso quiero seguir luchando. Pero necesito el apoyo de personas que me entiendan, que sepan lo que es tener esta patología. -
Siento mucho si he ofendido a alguien, no era mi intención y muchas gracias por quien se haya tomando el tiempo de leerme.
Un abrazo a tod@s.

Hola también he pasado por muchos excesos, y si bien no he logrado llenar el vacío cada vez puedo frenarlos mejor, me ayudó mucho la terapia, la medicación, conocer y leer hasta el artazgo las definiciones de tlp. Mi tratamiento comenzó con uno de mis intentos de suicidio. Cuento con poco apoyo, estoy bastante aislada, pero siempre busco alternativas. Me ayudó la biodecodificacion, utilizo flores de Bach. Algo importante que entendí que a veces cuando el cansancio me supera descanso. No me fuerzo más a estar en situaciones que no son favorables sólo por no estar sola. Tengo mis mascotas, son una gran compañía, ellos si dan amor incondicional. No tengo miedo que se aparten. Mi hija está lejos pero mantenemos un muy vínculo, y hace lo posible por ayudarme. Vivo el día a día, si lo termino viva es una victoria!! Creo que los cambios en nuestra patología son lentos y si queremos apurarlos corremos el riesgo de sabotearnos. Espero que te sirva de algo, y siempre podemos hablar cuando quieras.
 
Lo que entiendo es que los que padecemos TLP, no conocemos el punto medio, nos vamos al extremo. Yo había pensado que el deporte había sido mi antidepresivo, pero en si se volvió mi exceso mi adicción. Y hoy no quiero hacerlo, perdí las ganas y la motivación.
 
Cuando nos da un vacío existencial y de repente empiezas a autodestruirte empiezas también a tomar malas decisiones con tu vida. Como sabes y como hueles que ya es época de autodestrucción ya sabes que vas a caer y te preparas para lo que va a venir: mientes, desordenas más cosas de tu vida, si te dicen "por ahí no" pos tu ahí que vas, cambias de estar súper contento a estar enfadadisimo y indignado con el mundo en el que vives y analizas la triste vida de las personas que no profundizan tanto como nosotros.
Pero si en vez de decir "que viva la fiesta de la autodestrucción" tomas la decisión de que todo paso que des aunque no sepas donde te lleve será pensando en tu bienestar, es decir, si me voy a meter una ralla sabes perfectamente que después te sientes como una mier... así que decido no hacerlo y hacer algo que realmente aunque no me sirva para nada ahora mismo no constituye manera de autolesion...por ejemplo me acuesto pronto y me piro a la montaña al día siguiente aunque no tenga ganas, que pierdes? nada y que pierdes consumiendo? salud, dinero, autoestima etc. No sé no tengo la verdad suprema pero estos consejillos me los dieron en su momento y me mantengo estable gracias a esto. A veces no es necesario llenar el vacío ya y con todo, es un proceso y en ese camino te lleve o no a llenarlo(ojo que esto da pa un libro) puedes cambiar de opinión mil veces pero que lo que hagas no te haga daño

Un saludin

Wow! Me ha parecido que hablas de mi! Pienso como tú, o más bien siento como tú. El desordenar la vida, mentir, caer en lo que no debo... Ha sido la constante en mi vida.
Y también he aprendido a no ceder a esos impulsos de la misma manera que tú. Hacer otra cosa, aunque sea improductiva y aunque no me apetezca.
Espero que sigas bien.

Saludos.
 
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