Reto De vuelta a la vida independiente.

Reto

My Little Sad Pony

Usuario veterano
Hoy es el día: me echaron de la casa mis padres después de 2 meses y medio, NUEVAMENTE, pero ya encontré a dónde ir y empezar a trabajar en mi recuperación total lejos del ambiente tóxico que aquí se genera.

Tengo un poco de miedo, me siento como bebé dando sus primeros pasos. El departamento que tenía antes de volver aquí había sido mi espacio por dos años y ya estaba acostumbrada a la vida ahí, ya sabía yo dónde estaba el supermercado, la tienda, la carnicería, los restaurantitos de la zona, las rutas de transporte etc y ahora tengo que habituarme a algo nuevo, aunque de manera temporal, puesto que sólo es un hogar provisional en lo que ahorro dinero para poder buscar otro espacio para mi sola.

Afortunadamente hay quien me apoya y me quiere ayudar en lo que se necesite, hasta económicamente. Aún así no dejo de sentir preocupación, pero también siento emoción de saber qué me espera ahora. A donde he ido, siempre me han tocado vivir cosas buenas y que atesoro con cariño en mi corazón. Precisamente ayer me puse a ver fotos con mis amigos tomadas en fiestas, reuniones, conciertos, en el trabajo, en mi ex-departamento y situaciones un poco extrañas (como cuando íbamos vestidos de superhéroes en una camioneta y no sé por qué nos vestimos así) y la verdad es que me sirvió para reafirmar que aunque tengo pocos verdaderos amigos, son los mejores de todos. Tengo pocas fotos de mis momentos sociales, pero las que hay estoy orgullosa de saber que son al lado de las personas que han marcado para bien mi vida, esos que lo mismo llegan corriendo si les digo que hay una fiesta que si les digo que me echaron de casa y necesito de su ayuda para mudarme.

Sé que no debe preocuparme el estar sola, pero me gustaría llegar a vieja (si es que llego) y seguir sabiendo que ellos son mis amigos, mis escuderos. Sé también que no todo depende de qué tanto me ayuden, pero las cosas siempre me han sido más fáciles cuando los he tenido cerca, cuando me han secado las lágrimas, cuando me han arrebatado la botella de ron para no seguir bebiendo, cuando me han recibido en sus cosas cuando he estado en plena crisis. Creo que contar contar con el apoyo de ellos es lo que siempre me ha dado el empujoncito para hacer las cosas.

Cuando a los 17 años mi mamá me echó de casa la primera vez, no tenía trabajo ni edad para trabajar, tampoco dinero, me salí con una mochila y unas pocas cosas que ella me permitió sacar a mitad de la noche. Fue lo más aterrador para mi enfrentarme a una vida sola sin tener aparentemente nada. Y con la ayuda de mis amigos fue que encontré casa, fue que tuve una cama dónde dormir y unas cortinas que poner, una almohada y cobijas calentitas. Luego me ayudaron a buscar trabajo y en las etapas de crisis financiera me invitaron a comer a su casa sin importar las veces que fue necesario. Las madres de varios de ellos me ayudaron con ropa, con recomendaciones de trabajo, con despensa... si bien la vida fue alejando a algunos, de todas maneras es bonito saber que estuvieron ahi y que dieron lo que pudieron por mi. Pero los amigos que ahora tengo quiero conservarlos por toda la vida.

Así que debo terminar de empacar porque al rato es momento de volver a mi vida de adulto independiente. A ser mujer, aunque diga mi papá que ni eso puedo ser, a tratar de ser feliz aunque mi mamá diga que nunca lo seré y a salir adelante como siempre he logrado hacerlo aún cuando las cosas apostaban en mi contra.
 
Atrás
Arriba