Lunanegra82
Usuario veterano
Hola a tod@s, De antemano, gracias por leerme.
(He acabado ahora el "resumen" y se me ha ido de las manos, lo siento mucho. Me he dejado llevar totalmente y me he acabado alargando demasiado pero esta es gran parte de mi historia y necesitaba soltarla. Va como por capítulos)
No sé qué va a salir de aquí pero quiero escribir lo que salga de mi interior y dejarme llevar, sin preocuparme de mis puñeteros miedos o de los juicios que, tanto yo misma, como vosotr@s podáis hacer, de lo que vaya a contar, que aún no sé qué va a ser. Aunque lo que sí puedo deciros es que no va a ser una lectura agradable, así que si estás pasando por un momento delicado en tu vida... creo que este no va a ser el mejor post para ti. Y para el/la que decida leerme espero no perjudicarte por recordarte experiencias similares que puedas haber tenido, o tengas.
Voy a abrirme lo máximo que pueda porque siento que estoy en un punto en el que, o lo hago, o acabo ya con todo porque ya no sé qué más puedo hacer o si realmente hay algo que pueda hacer.
Antes de empezar quiero dejar claro que no soy una víctima o, por lo menos yo no me siento así. Creo que, hasta día de hoy, he sido una superviviente, a mi manera... pero una superviviente que, no sólo ha sufrido, también ha hecho daño (he hecho daño, no quiero hablar de mí misma en tercera persona, porque he sido totalmente responsable de mis palabras y mis acciones). Y hablo en pasado porque ya no permito que me hagan daño, ni hacerlo yo, aunque no siempre lo puedo evitar. También quiero decir que, en las ocasiones que he hecho daño, jamás ha sido intencionadamente, aunque eso no me excuse ni me haga menos responsable.
Pues empiezo... (hasta ahora ha sido una introducción) aunque no sé ni por donde empezar... creo que haré un repaso a mi vida, por si puede ser más entendible la "vida" que llevo a día de hoy. Sé que a todos nos han pasado cosas eh? esta es sólo mi historia.
Lo que voy a explicar ahora lo quiero hacer porque viene a colación de algo que estoy tratando actualmente con mi psicóloga, que no sé si en este escrito seré capaz de verbalizarlo, aunque sea por escrito. Ahí ya entra un miedo que, de ser un recuerdo real, creo que me haría entender muchas cosas pero, por otro lado, me acabaría de destrozar.
A ver... voy a dar un gran salto en el tiempo ok? digamos que tuve una infancia "atípica", por decirlo de alguna manera. Mi madre biológica se dedicaba a la prostitución y bueno, durante los primeros años, digamos que yo estuve presente (esto entenderéis por qué lo explico, quizás, si me atrevo...). Afortunadamente, con unos 3-4 años me abandonó en un orfanato de monjas, en el que había otras niñas con vidas bastante difíciles (digo afortunadamente porque es algo por lo que le estoy agradecida y, aunque sé que fueron unos años que me marcaron para siempre, hace años que conseguí perdonarla y librarme yo misma de ese rencor).
Recuerdo que, a esa edad, cuando las monjas nos llevaban al colegio, yo ya me comparaba con el resto de compañeros de clase, ya era consciente que había algo diferente en mí, algo que "fallaba", no era como los demás. Fueron pasando los años y, de vez en cuando, mi madre biológica aparecía, otras que decía que iba a venir y no venía... hasta que llegó un momento en el que aparecieron las mejores personas del mundo, con unos 8 años conocí a los que, en aquel momento, serían mis futuros padres, a los que les estaré eternamente agradecida, por muchísimas cosas, como enseñarme lo que era una familia, quererme incondicionalmente a pesar de ser conocedores de que seguramente tendría problemas psicológicos (como ya les informaron los profesionales), inculcarme valores como persona, una estabilidad, educación... muchas cosas que, ni en toda una vida tendría suficiente para agradecerles. En serio, fueron y serán siempre mis héroes.
(Bueno, sigo... ahora viene otro origen de un miedo que tengo a día de hoy. Miedo a ser juzgada, a ser ridiculizada, a ser diferente... una especie de obsesión que siempre he tenido de querer ser una persona "normal". Daba igual qué persona, perdí la cuenta de todas las veces que deseé (en un mundo utópico) haberme cambiado por cualquiera, mientras la única condición hubiera sido ser normal. LA PUÑETERA NORMALIDAD que siempre he ansiado tanto y, a la vez, ha hecho que me odiara cada vez más, por ver que no podía llegar a ella, por más que lo intentara).
Me da mucha vergüenza explicar esto pero bueno, que salga como tenga que salir. Qué más da.
El origen del miedo que decía fue que, cuando mis padres me adoptaron, me cambiaron de colegio, un colegio algo más estricto pero que consideraron que me haría bien, pues iba un poco atrasada (por haberme escolarizado algo más tarde, las monjas quiero decir). Y bueno... digamos que ya, a esa edad, era una niña poco agraciada (tenía orejas de soplillo, usaba gafas de pasta, tuve que llevar un parche por no haber llevado gafas antes.... bueno, varias cosas) y los niños, como ya sabemos todos, pueden llegar a ser crueles y bueno, digamos que se burlaban bastante de mí (como pasa hoy en día también, me parece horroroso el bullying en cualquier ámbito, especialmente en los colegios, durante la infancia, adolescencia...) y bueno, digamos que ese fue un patrón que se fue alargando durante toda mi educación. Mis padres me cambiaron tres veces de colegio y siempre pasaba lo mismo. Posiblemente me veían débil, vulnerable... y ese tipo de perfil es propenso a las burlas, además de que físicamente era bastante "monstruita" eh? y no era una percepción mía. A los 16, 17 años... empecé a hacer un cambio, harta ya de las burlas y, cuando llegaba a clase decía: "qué pasa, cabron...s"? (dirigiéndome a los chicos, que eran los que me decían cosas) y bueno, ese vacileo por mi parte... llevó a que me "pegaran" un grupo de chicos. A ver, no es que me pegaran patadas o puñetazos eh? me acorralaban en una esquina de la clase y se tiraban encima mío. En varias ocasiones fui a quejarme al claustro de profesores pero, como sabían que yo los provocaba nada más llegar a clase, no me hacían caso, hasta que un día se lo expliqué a mis padres y fueron ellos a hablar con los profesores y bueno, acabaron expulsando a ese grupito. En ese mismo colegio llegué a hacer un grupito de amigas, de las que me acabé alejando por el tercer cambio de colegio, miedos, inseguridades que aparecieron.... o quizás ya estaban ahí antes, no lo recuerdo bien, la verdad.
Pues bueno, me planto con unos 17 años y decidimos seguir con el bachillerato, pero en otro colegio. Y bueno, no voy a dar detalles.... pero más de lo mismo. No sé si es que desprendía algo que no gustaba a los demás, si fue mi físico... o qué había en mí (yo sí me sentía diferente, no sabía qué era tampoco pero veía que no era como los demás, me sentía, además de diferente, como inferior al resto, tanto física como intelectualmente y, aunque los profesores me dijeran a mí o a mis padres que era lista, yo no me sentía así) pero fue algo que ocurrió en todos los colegios. En este último no llegué a saltar hasta casi finalizar el curso, que una chica me hizo un comentario burlón, y ahí ya sí me reboté y la puse de vuelta y media. Al siguiente curso sí conseguí hacerme respetar más, o por lo menos, no me dejaba "pisar" con tanta facilidad, en el sentido de que ya me defendía. Allí no hice amistades.
Total, que acabé bachillerato en ese colegio y me sentía muy perdida, no sabía qué hacer con mi vida, si decantarme por estudiar o trabajar. Al final hice un fp y, al principio, hubo burlas también (llegué a las manos con un chico en una ocasión) pero decidí que no iba a seguir permitiendo ese patrón, así que "interpreté" como un papel, tenía que ser dura o aparentar que lo era porque lo que había aprendido hasta el momento es que, si me veían frágil era como llevar una diana en la frente, así que me volví rebelde, tanto en clase como en casa y en mi vida personal. Por aquella época me juntaba con dos amigas y fumaba porros, bebía, tenía sexo con cualquier chico que me atrayera, robaba algunas veces en tiendas... y la relación con mis padres iba muy mal (incluyendo faltas de respeto, gritos, verme llegar fumada, bebida...). Fue una etapa bastante difícil, en la que sentía que estaba en guerra con el mundo, incluida yo misma, que no entendía qué me estaba pasando.
Por aquella época conocí a un chico del que me enamoré muchísimo (diría que fue mi único amor, a pesar de haber tenido más parejas) y bueno, fue una locura... al principio fuimos muy felices, hasta el punto de irnos a vivir juntos y mudarnos de ciudad porque él tenía que irse a estudiar fuera, pero con la convivencia todo se fue derrumbando. Empezaron las discusiones, las faltas de respeto... e incluso llegué a agredirle físicamente. Nunca puse su vida en peligro, fueron bofetadas que le daba alguna vez en discusiones porque sentía muchísima ira, lo que no es para nada justificable eh? había momentos en que era un monstruo (yo). Y bueno, al final me dejó (a través de una llamada telefónica, en un momento que nos separamos para ir a visitar cada uno a su familia), lógicamente... y ahí ya me hundí durante varios meses. Fue la primera vez que, durante meses, me encerré en casa. Caí en una profunda depresión, por la gran culpa que sentía, y por haber perdido a alguien que era tan importante para mí, por no haber sabido demostrárselo. Pasé varios meses que no salía de la cama, ni comía y veía que a mis padres parecía que les daba igual todo aquello (o eso me parecía en aquel momento), lo que provocó en mí un cóctel de emociones demasiado intensas, que no podía controlar. Llegó un punto que no pude más y decidí que no quería seguir, así que hice el primer intento suicida bestia. Obviamente, no lo conseguí y ahí sí pude ver lo preocupados que realmente estaban mis padres, lo que me hizo sentir una basura por haberles hecho pasar por todo aquello. Así que hablé con ellos y les dije que necesitaba hablar con mi ex pero que, pasara lo que pasara, cuando volviera prometía recuperarme de lo que fuera que me estaba pasando, que ni ellos ni yo entendíamos qué era. Así que eso hice, decidí unilateralmente (sin consultarle a él quiero decir) irlo a buscar para disculparme y ver si podíamos solucionar las cosas (no veía o no quería ver que el problema era yo, no nuestra relación) pero no fue así. Pero había hecho una promesa a mis padres y tenía que cumplirla, así que regresé a casa y comencé a salir de nuevo. Pasó aproximadamente un año ,y como parecía ir todo mejor, decidí buscar un trabajo.
(ahora viene un periodo laboral, los diagnósticos y una nueva relación de pareja)
Bueno, un tiempo antes de encontrar el trabajo, conocí a un chico, al que quise conocer bien antes de dar el paso de meterme en una relación, así que empezamos como amigos hasta que, de manera natural, surgió algo más allá de la amistad. Decir también que, aunque me dio muchísima vergüenza, le expliqué cómo había ido la relación anterior que había tenido, las reacciones que yo había tenido (la agresividad verbal y física), que traté de quedar con él... y hasta que intenté suicidarme. En fin, la parte más oscura de mí misma en aquella relación. Creí que, antes de que él decidiera, por su parte, si quería tener una relación conmigo, debía saber lo que había hecho en la relación anterior. La verdad es que me apoyó mucho, cosa que sentí que no me merecía. También le fui poniendo al tanto, a medida que íbamos teniendo confianza, algunas de las cosas o experiencias que había vivido, al igual que él a mí. Lo que viene siendo conocer de una manera más profunda a alguien, vamos.
Dejando de lado la relación con este chico... comentar que desde hacía un tiempo me costaba mirarme al espejo, me veía horrible físicamente (no distorsionaba la imagen eh? veía mi reflejo, tal cual. Corporalmente, igual, no me veía gorda ni demasiado flaca, me veía como era, delgada... no distorsionaba mi imagen pero sí empecé a obsesionarme con mi autoimagen. Allá donde iba me miraba en los espejos que encontraba, hasta el punto de llegar a pararme en las motos que veía aparcadas para mirarme en el retrovisor. Así que eso, vivía obsesionada con mi físico. No era superficial con los demás, no valoraba a las personas en función de su físico pero conmigo no sé qué pasaba. Empecé a compararme con chicas que veía por la calle y, algo muy curioso, que a día de hoy me sigue pasando. Siempre que iba por la calle me fijaba en si los chicos que pasaban por mi lado, me miraban, y creía [y sigo creyendo] algo que, a pesar de saber que es completamente irracional, no puedo evitarlo y es que... si me miran significa que soy guapa, si no me miran me confirman lo que ya sé, que soy fea).
Ya estando con este chico encontré un trabajo en un despacho de abogados y bueno, no fueron demasiado amables cuando cometía algún error, digamos que hacían comentarios bastante despectivos y que me hacían sentir muy inútil, pero no era capaz de rechistar, porque la figura de la jefa me imponía demasiado y sentía que estaba muy por debajo de ella. Cada vez me sentía peor en el despacho y, a medida que fue pasando el tiempo, sentía que cada vez me costaba más ir al trabajo, me sentía muy insegura, muy incapaz y pensar que podía equivocarme en algo... me aterrorizaba. Al despacho siempre iba en metro y, poco a poco, fui sintiéndome incómoda rodeada de gente, empezó a aparecer la ansiedad, el temblor de manos, sensaciones de sentirme observada, juzgada... fue un malestar que se fue incrementando hasta que llegó un día que, lo recuerdo como si fuera ayer... Estaba "arreglándome", como cada mañana para ir al despacho, pero apenas podía mirarme en el espejo y, cuando ya estaba casi lista... quise mirarme y me asusté porque me vi horripilante, seguía viendo mi reflejo (no distorsionaba la imagen, seguía siendo mi cara y mi cuerpo) pero como nunca antes me había visto. Siempre me había visto mal pero nunca a ese nivel, no sé cómo explicarlo. Aún así, me acerqué a la puerta con la intención de ir al trabajo pero cogí el pomo, y me puse a temblar entera. Ahí me derrumbé y llamé a mi chico, para explicarle lo que había pasado. Vino corriendo, me abrazó y me dijo que íbamos a buscar ayuda, que fuera lo que fuera lo que me estaba pasando, íbamos a superarlo y me iba a acompañar siempre. Pedí la baja laboral y volví a encerrarme en casa porque ahí sí me sentía segura. En casa volvió la mala relación con mis padres porque, lo que ellos veían era que yo les respondía mal a cualquier cosa que me decían (y así era), estaba muy apática y lo único que hacía en todo el día era entrar en una web de juegos online multijugador (tipo parchís, dominó... aquello me evadía) y estar con el ordenador. Me iba a las tantas de la madrugada a dormir, muchos días se hacía de día y aún no estaba en la cama y al día siguiente me levantaba a la hora de comer. Recuerdo que mi padre llegaba de trabajar y, cuando veía que seguía durmiendo me pegaba 4 gritos, el pobre, porque veía que ni siquiera había puesto la mesa para comer. Pensaban que era una vaga, que no quería hacer nada y que ni siquiera me esforzaba, pero mi realidad es que yo estaba pasando por un infierno, y yo veía que ellos no entendían eso. Llegué a sentir muchas veces que no me querían, que sólo les había traído problemas y volvió a aparecer un pensamiento del pasado, que era: "si ni la persona que me trajo al mundo me quería, quien me va a querer?". Me hundía y hundía y no salía cómo salir del hoyo, así que finalmente decidí buscar ayuda. Ahí me diagnosticaron TLP y fobia social. Yo no sabía ni qué era eso pero cuando lo supe, no podía aceptarlo. A ver, por una parte entendí muchas cosas pero no podía aceptar estar enferma y tener que convivir con aquello siempre, ni hacer pasar a mi familia por ese infierno, así que volví a intentar suicidarme. No quería ser esa persona, sólo quería ser "normal". No recuerdo cuánto tiempo pasó hasta que me metieron en una terapia grupal de TLP, diaria, pero acabé abandonándola porque me afectaba demasiado ver el sufrimiento de todas aquellas personas, ver cómo se autolesionaban, escuchar historias tan duras e injustas.
(Ahora viene la época de convivencia en pareja y varios intentos más de trabajos)
Antes de irnos a vivir juntos, la relación empezó a desestabilizarse. De nuevo, muchas faltas de respeto verbales (esta vez por ambas partes) pero ahí no hubo agresión física, no hasta entonces. Al final yo tomé la decisión de dejar la relación porque no quería ni podía seguir dejando que nos hiciéramos daño. Así que, a pesar de pasarlo muy mal (los dos), eso hicimos. En aquel momento estaba trabajando en otro despacho, esta vez una asesoría (tenía claro que no quería volver a trabajar con abogados) pero de nuevo, tuve que acabar dejándolo, esta vez no fue por mobbing sino porque no me sentía cómoda con los compañeros, me sentía diferente, rara, creía que me juzgaban (era una idea en mi mente, no la realidad) y la figura del jefe me intimidaba muchísimo, aunque este sí era muy amable. Lo intenté durante unos meses (no llegó al año) pero cada vez tenía más ansiedad, insomnio, me montaba pelis en mi cabeza... hasta que no pude sostenerlo más. Antes de dejarlo, me cogí una habitación en un piso compartido así que tenía que buscar otra cosa, para poder seguir pagándome la habitación. Quería y necesitaba demostrarle a mis padres, que era capaz de conseguir lo que me propusiera, que conseguiría hacerlos sentir orgullosos (en aquel momento nos llevábamos mucho mejor, ellos ya entendían muchas cosas y nos apoyábamos entre todos). Total, que me fui a una multinacional de ingeniería y bueno, pasaron varias cosas con las que no supe lidiar (que paso de nombrar porque ya me estoy alargando demasiado) y acabé dejándolo. Otro fracaso más.
Y un día, al salir de este trabajo, estaba mi ex esperándome a la salida, que quería hablar conmigo... fuimos a tomar algo y los dos nos disculpamos por cosas que nos habíamos llegado a decir, y nos dijimos que echábamos de menos los buenos momentos que habíamos tenido y decidimos volver a intentarlo. Pasaron dos o tres meses pero yo seguía teniendo los problemas de siempre y, esta vez diagnosticada, pero como seguía sin aceptarlo... decidí seguir sin tratamiento. Y bueno, antes de irnos a vivir juntos decidí pasar por una operación de estética porque creía firmemente que eso me aportaría seguridad en mí misma. Para mí, tenía sentido pero no fue eso lo que pasó. El problema no era el físico, era mi autoestima, pero en aquel momento yo no lo veía.
Decidimos irnos a vivir juntos y, aunque él también tenía su "lucha" y yo lo apoyaba lo que podía, las cosas se volvieron a torcer pronto pero, por el momento, nada grave, discusiones pero sin faltas de respeto. Total, que decidimos que iba a hacer un último intento de buscar trabajo pero esta vez en una empresa tipo familiar, en la que fuéramos poquitos, para evitar posibles confrontaciones y porque creíamos que ahí sí iba a poder conservarlo. Así que eso hice, entré en una empresa en la que el jefe era bastante majo y, a la vez, autoritario pero en el buen sentido. Era un buen jefe. Y de compañeras sólo tenía dos, con las que apenas tenía trato pero a mí ya me iba bien así, pues no quería intimar. Ahí ya estaba con la coraza. Pasaron unos meses y, aunque en este trabajo no tuve problemas, sentía sintiéndome muy insegura de mis habilidades, tenía mucho miedo de equivocarme, desconfiaba de mis compañeras (aunque fueran amables), seguía teniendo esa idea de que me estuvieran juzgando, aunque no tuviera ninguna prueba en la que basarme, en el metro iba muy incómoda. Mi cabeza no paraba de darle vueltas a todo y tenía muchísima ansiedad. Intenté aguantar todo lo que pude pero finalmente, me rendí. Hablé con mi chico y decidimos que, por el momento, me iba a encargar de las tareas domésticas, así que eso hicimos.
(y mañana sigo, que se ha hecho muy tarde. Procuraré acortar mucho más porque estoy detallando demasiado todo y no creo que sea necesaria tanta información. Me he querido dejar llevar pero me estoy pasando. Esto parece más un diario, tengo que filtrar. Perdón)
(He acabado ahora el "resumen" y se me ha ido de las manos, lo siento mucho. Me he dejado llevar totalmente y me he acabado alargando demasiado pero esta es gran parte de mi historia y necesitaba soltarla. Va como por capítulos)
No sé qué va a salir de aquí pero quiero escribir lo que salga de mi interior y dejarme llevar, sin preocuparme de mis puñeteros miedos o de los juicios que, tanto yo misma, como vosotr@s podáis hacer, de lo que vaya a contar, que aún no sé qué va a ser. Aunque lo que sí puedo deciros es que no va a ser una lectura agradable, así que si estás pasando por un momento delicado en tu vida... creo que este no va a ser el mejor post para ti. Y para el/la que decida leerme espero no perjudicarte por recordarte experiencias similares que puedas haber tenido, o tengas.
Voy a abrirme lo máximo que pueda porque siento que estoy en un punto en el que, o lo hago, o acabo ya con todo porque ya no sé qué más puedo hacer o si realmente hay algo que pueda hacer.
Antes de empezar quiero dejar claro que no soy una víctima o, por lo menos yo no me siento así. Creo que, hasta día de hoy, he sido una superviviente, a mi manera... pero una superviviente que, no sólo ha sufrido, también ha hecho daño (he hecho daño, no quiero hablar de mí misma en tercera persona, porque he sido totalmente responsable de mis palabras y mis acciones). Y hablo en pasado porque ya no permito que me hagan daño, ni hacerlo yo, aunque no siempre lo puedo evitar. También quiero decir que, en las ocasiones que he hecho daño, jamás ha sido intencionadamente, aunque eso no me excuse ni me haga menos responsable.
Pues empiezo... (hasta ahora ha sido una introducción) aunque no sé ni por donde empezar... creo que haré un repaso a mi vida, por si puede ser más entendible la "vida" que llevo a día de hoy. Sé que a todos nos han pasado cosas eh? esta es sólo mi historia.
Lo que voy a explicar ahora lo quiero hacer porque viene a colación de algo que estoy tratando actualmente con mi psicóloga, que no sé si en este escrito seré capaz de verbalizarlo, aunque sea por escrito. Ahí ya entra un miedo que, de ser un recuerdo real, creo que me haría entender muchas cosas pero, por otro lado, me acabaría de destrozar.
A ver... voy a dar un gran salto en el tiempo ok? digamos que tuve una infancia "atípica", por decirlo de alguna manera. Mi madre biológica se dedicaba a la prostitución y bueno, durante los primeros años, digamos que yo estuve presente (esto entenderéis por qué lo explico, quizás, si me atrevo...). Afortunadamente, con unos 3-4 años me abandonó en un orfanato de monjas, en el que había otras niñas con vidas bastante difíciles (digo afortunadamente porque es algo por lo que le estoy agradecida y, aunque sé que fueron unos años que me marcaron para siempre, hace años que conseguí perdonarla y librarme yo misma de ese rencor).
Recuerdo que, a esa edad, cuando las monjas nos llevaban al colegio, yo ya me comparaba con el resto de compañeros de clase, ya era consciente que había algo diferente en mí, algo que "fallaba", no era como los demás. Fueron pasando los años y, de vez en cuando, mi madre biológica aparecía, otras que decía que iba a venir y no venía... hasta que llegó un momento en el que aparecieron las mejores personas del mundo, con unos 8 años conocí a los que, en aquel momento, serían mis futuros padres, a los que les estaré eternamente agradecida, por muchísimas cosas, como enseñarme lo que era una familia, quererme incondicionalmente a pesar de ser conocedores de que seguramente tendría problemas psicológicos (como ya les informaron los profesionales), inculcarme valores como persona, una estabilidad, educación... muchas cosas que, ni en toda una vida tendría suficiente para agradecerles. En serio, fueron y serán siempre mis héroes.
(Bueno, sigo... ahora viene otro origen de un miedo que tengo a día de hoy. Miedo a ser juzgada, a ser ridiculizada, a ser diferente... una especie de obsesión que siempre he tenido de querer ser una persona "normal". Daba igual qué persona, perdí la cuenta de todas las veces que deseé (en un mundo utópico) haberme cambiado por cualquiera, mientras la única condición hubiera sido ser normal. LA PUÑETERA NORMALIDAD que siempre he ansiado tanto y, a la vez, ha hecho que me odiara cada vez más, por ver que no podía llegar a ella, por más que lo intentara).
Me da mucha vergüenza explicar esto pero bueno, que salga como tenga que salir. Qué más da.
El origen del miedo que decía fue que, cuando mis padres me adoptaron, me cambiaron de colegio, un colegio algo más estricto pero que consideraron que me haría bien, pues iba un poco atrasada (por haberme escolarizado algo más tarde, las monjas quiero decir). Y bueno... digamos que ya, a esa edad, era una niña poco agraciada (tenía orejas de soplillo, usaba gafas de pasta, tuve que llevar un parche por no haber llevado gafas antes.... bueno, varias cosas) y los niños, como ya sabemos todos, pueden llegar a ser crueles y bueno, digamos que se burlaban bastante de mí (como pasa hoy en día también, me parece horroroso el bullying en cualquier ámbito, especialmente en los colegios, durante la infancia, adolescencia...) y bueno, digamos que ese fue un patrón que se fue alargando durante toda mi educación. Mis padres me cambiaron tres veces de colegio y siempre pasaba lo mismo. Posiblemente me veían débil, vulnerable... y ese tipo de perfil es propenso a las burlas, además de que físicamente era bastante "monstruita" eh? y no era una percepción mía. A los 16, 17 años... empecé a hacer un cambio, harta ya de las burlas y, cuando llegaba a clase decía: "qué pasa, cabron...s"? (dirigiéndome a los chicos, que eran los que me decían cosas) y bueno, ese vacileo por mi parte... llevó a que me "pegaran" un grupo de chicos. A ver, no es que me pegaran patadas o puñetazos eh? me acorralaban en una esquina de la clase y se tiraban encima mío. En varias ocasiones fui a quejarme al claustro de profesores pero, como sabían que yo los provocaba nada más llegar a clase, no me hacían caso, hasta que un día se lo expliqué a mis padres y fueron ellos a hablar con los profesores y bueno, acabaron expulsando a ese grupito. En ese mismo colegio llegué a hacer un grupito de amigas, de las que me acabé alejando por el tercer cambio de colegio, miedos, inseguridades que aparecieron.... o quizás ya estaban ahí antes, no lo recuerdo bien, la verdad.
Pues bueno, me planto con unos 17 años y decidimos seguir con el bachillerato, pero en otro colegio. Y bueno, no voy a dar detalles.... pero más de lo mismo. No sé si es que desprendía algo que no gustaba a los demás, si fue mi físico... o qué había en mí (yo sí me sentía diferente, no sabía qué era tampoco pero veía que no era como los demás, me sentía, además de diferente, como inferior al resto, tanto física como intelectualmente y, aunque los profesores me dijeran a mí o a mis padres que era lista, yo no me sentía así) pero fue algo que ocurrió en todos los colegios. En este último no llegué a saltar hasta casi finalizar el curso, que una chica me hizo un comentario burlón, y ahí ya sí me reboté y la puse de vuelta y media. Al siguiente curso sí conseguí hacerme respetar más, o por lo menos, no me dejaba "pisar" con tanta facilidad, en el sentido de que ya me defendía. Allí no hice amistades.
Total, que acabé bachillerato en ese colegio y me sentía muy perdida, no sabía qué hacer con mi vida, si decantarme por estudiar o trabajar. Al final hice un fp y, al principio, hubo burlas también (llegué a las manos con un chico en una ocasión) pero decidí que no iba a seguir permitiendo ese patrón, así que "interpreté" como un papel, tenía que ser dura o aparentar que lo era porque lo que había aprendido hasta el momento es que, si me veían frágil era como llevar una diana en la frente, así que me volví rebelde, tanto en clase como en casa y en mi vida personal. Por aquella época me juntaba con dos amigas y fumaba porros, bebía, tenía sexo con cualquier chico que me atrayera, robaba algunas veces en tiendas... y la relación con mis padres iba muy mal (incluyendo faltas de respeto, gritos, verme llegar fumada, bebida...). Fue una etapa bastante difícil, en la que sentía que estaba en guerra con el mundo, incluida yo misma, que no entendía qué me estaba pasando.
Por aquella época conocí a un chico del que me enamoré muchísimo (diría que fue mi único amor, a pesar de haber tenido más parejas) y bueno, fue una locura... al principio fuimos muy felices, hasta el punto de irnos a vivir juntos y mudarnos de ciudad porque él tenía que irse a estudiar fuera, pero con la convivencia todo se fue derrumbando. Empezaron las discusiones, las faltas de respeto... e incluso llegué a agredirle físicamente. Nunca puse su vida en peligro, fueron bofetadas que le daba alguna vez en discusiones porque sentía muchísima ira, lo que no es para nada justificable eh? había momentos en que era un monstruo (yo). Y bueno, al final me dejó (a través de una llamada telefónica, en un momento que nos separamos para ir a visitar cada uno a su familia), lógicamente... y ahí ya me hundí durante varios meses. Fue la primera vez que, durante meses, me encerré en casa. Caí en una profunda depresión, por la gran culpa que sentía, y por haber perdido a alguien que era tan importante para mí, por no haber sabido demostrárselo. Pasé varios meses que no salía de la cama, ni comía y veía que a mis padres parecía que les daba igual todo aquello (o eso me parecía en aquel momento), lo que provocó en mí un cóctel de emociones demasiado intensas, que no podía controlar. Llegó un punto que no pude más y decidí que no quería seguir, así que hice el primer intento suicida bestia. Obviamente, no lo conseguí y ahí sí pude ver lo preocupados que realmente estaban mis padres, lo que me hizo sentir una basura por haberles hecho pasar por todo aquello. Así que hablé con ellos y les dije que necesitaba hablar con mi ex pero que, pasara lo que pasara, cuando volviera prometía recuperarme de lo que fuera que me estaba pasando, que ni ellos ni yo entendíamos qué era. Así que eso hice, decidí unilateralmente (sin consultarle a él quiero decir) irlo a buscar para disculparme y ver si podíamos solucionar las cosas (no veía o no quería ver que el problema era yo, no nuestra relación) pero no fue así. Pero había hecho una promesa a mis padres y tenía que cumplirla, así que regresé a casa y comencé a salir de nuevo. Pasó aproximadamente un año ,y como parecía ir todo mejor, decidí buscar un trabajo.
(ahora viene un periodo laboral, los diagnósticos y una nueva relación de pareja)
Bueno, un tiempo antes de encontrar el trabajo, conocí a un chico, al que quise conocer bien antes de dar el paso de meterme en una relación, así que empezamos como amigos hasta que, de manera natural, surgió algo más allá de la amistad. Decir también que, aunque me dio muchísima vergüenza, le expliqué cómo había ido la relación anterior que había tenido, las reacciones que yo había tenido (la agresividad verbal y física), que traté de quedar con él... y hasta que intenté suicidarme. En fin, la parte más oscura de mí misma en aquella relación. Creí que, antes de que él decidiera, por su parte, si quería tener una relación conmigo, debía saber lo que había hecho en la relación anterior. La verdad es que me apoyó mucho, cosa que sentí que no me merecía. También le fui poniendo al tanto, a medida que íbamos teniendo confianza, algunas de las cosas o experiencias que había vivido, al igual que él a mí. Lo que viene siendo conocer de una manera más profunda a alguien, vamos.
Dejando de lado la relación con este chico... comentar que desde hacía un tiempo me costaba mirarme al espejo, me veía horrible físicamente (no distorsionaba la imagen eh? veía mi reflejo, tal cual. Corporalmente, igual, no me veía gorda ni demasiado flaca, me veía como era, delgada... no distorsionaba mi imagen pero sí empecé a obsesionarme con mi autoimagen. Allá donde iba me miraba en los espejos que encontraba, hasta el punto de llegar a pararme en las motos que veía aparcadas para mirarme en el retrovisor. Así que eso, vivía obsesionada con mi físico. No era superficial con los demás, no valoraba a las personas en función de su físico pero conmigo no sé qué pasaba. Empecé a compararme con chicas que veía por la calle y, algo muy curioso, que a día de hoy me sigue pasando. Siempre que iba por la calle me fijaba en si los chicos que pasaban por mi lado, me miraban, y creía [y sigo creyendo] algo que, a pesar de saber que es completamente irracional, no puedo evitarlo y es que... si me miran significa que soy guapa, si no me miran me confirman lo que ya sé, que soy fea).
Ya estando con este chico encontré un trabajo en un despacho de abogados y bueno, no fueron demasiado amables cuando cometía algún error, digamos que hacían comentarios bastante despectivos y que me hacían sentir muy inútil, pero no era capaz de rechistar, porque la figura de la jefa me imponía demasiado y sentía que estaba muy por debajo de ella. Cada vez me sentía peor en el despacho y, a medida que fue pasando el tiempo, sentía que cada vez me costaba más ir al trabajo, me sentía muy insegura, muy incapaz y pensar que podía equivocarme en algo... me aterrorizaba. Al despacho siempre iba en metro y, poco a poco, fui sintiéndome incómoda rodeada de gente, empezó a aparecer la ansiedad, el temblor de manos, sensaciones de sentirme observada, juzgada... fue un malestar que se fue incrementando hasta que llegó un día que, lo recuerdo como si fuera ayer... Estaba "arreglándome", como cada mañana para ir al despacho, pero apenas podía mirarme en el espejo y, cuando ya estaba casi lista... quise mirarme y me asusté porque me vi horripilante, seguía viendo mi reflejo (no distorsionaba la imagen, seguía siendo mi cara y mi cuerpo) pero como nunca antes me había visto. Siempre me había visto mal pero nunca a ese nivel, no sé cómo explicarlo. Aún así, me acerqué a la puerta con la intención de ir al trabajo pero cogí el pomo, y me puse a temblar entera. Ahí me derrumbé y llamé a mi chico, para explicarle lo que había pasado. Vino corriendo, me abrazó y me dijo que íbamos a buscar ayuda, que fuera lo que fuera lo que me estaba pasando, íbamos a superarlo y me iba a acompañar siempre. Pedí la baja laboral y volví a encerrarme en casa porque ahí sí me sentía segura. En casa volvió la mala relación con mis padres porque, lo que ellos veían era que yo les respondía mal a cualquier cosa que me decían (y así era), estaba muy apática y lo único que hacía en todo el día era entrar en una web de juegos online multijugador (tipo parchís, dominó... aquello me evadía) y estar con el ordenador. Me iba a las tantas de la madrugada a dormir, muchos días se hacía de día y aún no estaba en la cama y al día siguiente me levantaba a la hora de comer. Recuerdo que mi padre llegaba de trabajar y, cuando veía que seguía durmiendo me pegaba 4 gritos, el pobre, porque veía que ni siquiera había puesto la mesa para comer. Pensaban que era una vaga, que no quería hacer nada y que ni siquiera me esforzaba, pero mi realidad es que yo estaba pasando por un infierno, y yo veía que ellos no entendían eso. Llegué a sentir muchas veces que no me querían, que sólo les había traído problemas y volvió a aparecer un pensamiento del pasado, que era: "si ni la persona que me trajo al mundo me quería, quien me va a querer?". Me hundía y hundía y no salía cómo salir del hoyo, así que finalmente decidí buscar ayuda. Ahí me diagnosticaron TLP y fobia social. Yo no sabía ni qué era eso pero cuando lo supe, no podía aceptarlo. A ver, por una parte entendí muchas cosas pero no podía aceptar estar enferma y tener que convivir con aquello siempre, ni hacer pasar a mi familia por ese infierno, así que volví a intentar suicidarme. No quería ser esa persona, sólo quería ser "normal". No recuerdo cuánto tiempo pasó hasta que me metieron en una terapia grupal de TLP, diaria, pero acabé abandonándola porque me afectaba demasiado ver el sufrimiento de todas aquellas personas, ver cómo se autolesionaban, escuchar historias tan duras e injustas.
(Ahora viene la época de convivencia en pareja y varios intentos más de trabajos)
Antes de irnos a vivir juntos, la relación empezó a desestabilizarse. De nuevo, muchas faltas de respeto verbales (esta vez por ambas partes) pero ahí no hubo agresión física, no hasta entonces. Al final yo tomé la decisión de dejar la relación porque no quería ni podía seguir dejando que nos hiciéramos daño. Así que, a pesar de pasarlo muy mal (los dos), eso hicimos. En aquel momento estaba trabajando en otro despacho, esta vez una asesoría (tenía claro que no quería volver a trabajar con abogados) pero de nuevo, tuve que acabar dejándolo, esta vez no fue por mobbing sino porque no me sentía cómoda con los compañeros, me sentía diferente, rara, creía que me juzgaban (era una idea en mi mente, no la realidad) y la figura del jefe me intimidaba muchísimo, aunque este sí era muy amable. Lo intenté durante unos meses (no llegó al año) pero cada vez tenía más ansiedad, insomnio, me montaba pelis en mi cabeza... hasta que no pude sostenerlo más. Antes de dejarlo, me cogí una habitación en un piso compartido así que tenía que buscar otra cosa, para poder seguir pagándome la habitación. Quería y necesitaba demostrarle a mis padres, que era capaz de conseguir lo que me propusiera, que conseguiría hacerlos sentir orgullosos (en aquel momento nos llevábamos mucho mejor, ellos ya entendían muchas cosas y nos apoyábamos entre todos). Total, que me fui a una multinacional de ingeniería y bueno, pasaron varias cosas con las que no supe lidiar (que paso de nombrar porque ya me estoy alargando demasiado) y acabé dejándolo. Otro fracaso más.
Y un día, al salir de este trabajo, estaba mi ex esperándome a la salida, que quería hablar conmigo... fuimos a tomar algo y los dos nos disculpamos por cosas que nos habíamos llegado a decir, y nos dijimos que echábamos de menos los buenos momentos que habíamos tenido y decidimos volver a intentarlo. Pasaron dos o tres meses pero yo seguía teniendo los problemas de siempre y, esta vez diagnosticada, pero como seguía sin aceptarlo... decidí seguir sin tratamiento. Y bueno, antes de irnos a vivir juntos decidí pasar por una operación de estética porque creía firmemente que eso me aportaría seguridad en mí misma. Para mí, tenía sentido pero no fue eso lo que pasó. El problema no era el físico, era mi autoestima, pero en aquel momento yo no lo veía.
Decidimos irnos a vivir juntos y, aunque él también tenía su "lucha" y yo lo apoyaba lo que podía, las cosas se volvieron a torcer pronto pero, por el momento, nada grave, discusiones pero sin faltas de respeto. Total, que decidimos que iba a hacer un último intento de buscar trabajo pero esta vez en una empresa tipo familiar, en la que fuéramos poquitos, para evitar posibles confrontaciones y porque creíamos que ahí sí iba a poder conservarlo. Así que eso hice, entré en una empresa en la que el jefe era bastante majo y, a la vez, autoritario pero en el buen sentido. Era un buen jefe. Y de compañeras sólo tenía dos, con las que apenas tenía trato pero a mí ya me iba bien así, pues no quería intimar. Ahí ya estaba con la coraza. Pasaron unos meses y, aunque en este trabajo no tuve problemas, sentía sintiéndome muy insegura de mis habilidades, tenía mucho miedo de equivocarme, desconfiaba de mis compañeras (aunque fueran amables), seguía teniendo esa idea de que me estuvieran juzgando, aunque no tuviera ninguna prueba en la que basarme, en el metro iba muy incómoda. Mi cabeza no paraba de darle vueltas a todo y tenía muchísima ansiedad. Intenté aguantar todo lo que pude pero finalmente, me rendí. Hablé con mi chico y decidimos que, por el momento, me iba a encargar de las tareas domésticas, así que eso hicimos.
(y mañana sigo, que se ha hecho muy tarde. Procuraré acortar mucho más porque estoy detallando demasiado todo y no creo que sea necesaria tanta información. Me he querido dejar llevar pero me estoy pasando. Esto parece más un diario, tengo que filtrar. Perdón)
Última edición: