Hola Sophia
Disculpa que no te había contestado. No entro al foro todos los días.
Contestando tu pregunta, mi diagnóstico fue tardío, la verdad no sé a ciencia cierta por qué. Muchas cosas. Yo pasé toda mi vida con un caracter y temperamento muy agrio, fuerte, pero mis padres decían que eso era hereditario porque en mi familia había gente así. Yo no le presté atención, y pensé que así era mi manera de ser, y cada quién es diferente.
Por otro lado, mis padres, criados en la época de los años 40 y 50, quizá en medio de un poco de ignorancia e inexperiencia en estos temas de psicología y psiquiatría, no le prestaron atención a esto, y pensaban que lo mío era caprichos, rabietas de chiquilla, malcriadez, y cosas así. Y en la escuela ninguno de mis maestros notó nada anormal como para llamarle la atención a mis padres.
Lo cierto es que un buen día, cuando perdí un empleo (año 2006) empecé a meditar muchas cosas. Mirando en retrospectiva empecé a hacerme un autoanálisis y veía que mi tiempo promedio en un empleo era no más de 3 años. Siempre pasaba algo y perdía mi trabajo. Empecé a preguntarme si la del problema no sería yo, y fue la primera vez que por mi propia voluntad busqué un psiquiatra para asesorarme. Pero tuve la mala fortuna de ponerme en manos de un psiquiatra negligente y deficiente. Me hico tantos diagnósticos, hasta trastorno bipolar, y me rellenó de un montón de medicamentos que al final ninguno me servía, sino que empeoraban mi estado de ánimo. Inclusive ese mismo médico empezó a tener conductas inapropiadas conmigo, y tuve que alejarme de él, pero así mismo dejé de tomar todos los medicamentos, y volví al principio.
Un buen día me vino esa violenta crisis inesperada, en la que por un evento externo (que no logro recordar, y mejor es no recordarlo) perdí la razón. Me desconecté de la realidad y me puse agresiva (te lo cuento porque me lo contó mi familia, pero yo no recuerdo nada, porque perdí la razón), y amenacé a mi madre e intenté suicidarme. Mis hermanos me internaron en el hospital psiquiatrico donde me devolvieron a la realidad y me estabilizaron, pero de ahí no recibí ningún diagnóstico.
Pero como estar internada en ese hospital fue algo tan deprimente, y no quería volver a pasar por algo así, decidí buscar ayuda otra vez, y contacté a la psiquiatra que me rescató en el hospital. No la conocía, pero tenía que buscar a alguien. Y siento que ha sido la mejor elección que he hecho, porque ella después de entrevistas y análisis me diagnósticó el TLP. Se ha convertido en mi maestra, mi consejera, mi tutora. Lo que sé de la enfermedad se lo debo a ella, y ella me ha enseñado cómo manejar lo mejor posible mi conducta impusliva cuando me sobreviene alguna recaída.
Gracias a estos 5 años que llevo con ella, he logrado moderar mucho mi conducta, mi estado de ánimo, y mis pensamientos. Aunque definitivamente en ocasiones pierdo batallas, como por ejemplo la de este lunes 23 de junio, cuando sufrí mucho en el trabajo, porque mis jefes en una reunión, que estaban tan estresados por algo que no tenía que ver conmigo, descargaron su rabia y su estrés conmigo y eso me alteró demasiado y casi me busco un problema. Porque cuando alguien me habla fuerte, siento que me lastima mucho y entonces mis emociones se empiezan a salir de control. Imagínate que para poder estabilizarme mi doctora me dio incapacidad el martes y no fui a trabajar, para alejarme por 24 horas de ese ambiente estresante que había en la oficina y que me estaba afectando. Hoy miércoles cuando regresé, yo estaba más tranquila y mis jefes también. Como si nada hubiera pasado, pero el trago amargo lo pasé yo.
Así han sido las cosas conmigo. Por eso mi diagnóstico tardío. Pero mis síntomas iniciaron desde niña. Toda la vida con TLP y sin saberlo hasta ahora. Mi doctora me dijo que una de las cosas que más me ayudó a que mi enfermedad no empeorara y no llegara a niveles graves, es que durante muchos años mantuve la mente ocupada estudiando. Toda la vida me ha gustado estudiar, postgrados, maestrías, diplomados. Dios me ha bendecido con oportunidades para estudiar porque siempre conseguía beca para financiar mis estudios. Y así he pasado muchos años, estudiando, leyendo, aprendiendo cosas nuevas. Esa fue mi tabla de salvación. Me mantuvo la mente ocupada, de manera que no podía pensar en cosas negativas, o al menos muy poco.
Ojalá pueda yo hacer algo para ayudarte. Esta lucha es dura, porque aunque estoy bastante estable y tengo bastante buen control del problema, para mí esto es una batalla de todos los días. Los efectos del TLP son mucho más duros y dolorosos de lo que cualquier literatura del tema presente. Una cosa es lo que está escrito, y otra cosa es lo que uno realmente siente cuando sus emociones están inestables. Todo se magnifica. Lo que para los demás es un problema mínimo, para nosotros (al menos para mí) es del tamaño de mi casa, enorme. Y es algo que no puedo evitar sentir. Es casi instantáneo.
Cuídate mucho Sophie. Y lo mejor que puedes hacer, es buscar mantenerte ocupada en lo que puedas. Y ojalá encuentres los recursos económicos para buscar ayuda profesional, porque esta enfermedad no la puedes llevar sola. Necesitas orientación, asesoría, consejos, y quién sabe si hasta medicamentos (mis medicamentos me han ayudado mucho).
Dios te bendiga siempre y te de fortaleza.