Anonimetlp
Usuario poco activo
Hola,
Desde la última vez que estuve por estos lares, me han pasado muchas cosas. Por desgracia, en su mayoría han sido cosas malas. O cosas que de primeras son buenas pero luego, para uno mismo, son malas.
En resumen, vivía en Barcelona y me mudé a Tarragona. Fue un cambio muy drástico pero creí que me sentaría bien, ya que dónde resido ahora es un sitio bonito; pero desde que vine aquí, las cosas me han ido muy mal. Para empezar, la psiquiatra y la psicóloga que me asignaron en la seguridad social no supieron como tratarme; de hecho, la psiquiatra se llegó a mofar porque uno de mis problemas es que tiendo a meter a todos los individuos en el mismo saco basándome en mis malas experiencias con estos. Vale, sé que no está bien, pero tampoco creo que sea cosa de risa. La verdad, me recordó a cuando un familiar mío y unas ex-amigas me juzgaron y se mofaron de mí porque de pequeño tenía problemas alimenticios. A primera instancia no tiene nada que ver, pero está el factor común de reírse a mi costa por un problema que me perjudica a la larga.
En fin, volviendo al hilo principal... También está el asunto de que retomé los estudios para sacarme el graduado de la secundaria y lo dejé a los pocos meses porque sufría mínimo dos ataques de ansiedad por día. No tenía a quien recurrir porque, de nuevo, la psicóloga y la psiquiatra de la seguridad social no me ayudaron en nada y solo acrecentaron mi desconfianza hacia los profesionales de la salud mental de la seguridad social.
Entre otras cosas que me han perjudicado a lo largo de este año, mis suegros. No los soporto, en especial mi suegra. Siempre está metiéndose donde no la llaman y poniendo en duda cada decisión que toma mi pareja. Oh, y sin hablar que considera a mis padres unos pobres de mierda de los cuales hay que alejarse como si fuera la peste...
Mis suegros no me molestarían tanto si cerrasen el hocico que tienen de vez en cuando.
Ah sí, también me independicé. Antes vivía con mis padres, y hace relativamente poco me mudé con mi pareja. El cambio me ha resultado abrumador. Una de las razones por las cuales me siento fatal por este cambio es porque no puedo aportar económicamente en casa, ya que ¿quién le va a dar trabajo a una persona que no tiene estudios ni experiencia en nada, además de que se halla en un desequilibrio emocional intenso?
Asimismo, mi salud física ha ido a peor. Hace unas semanas me dio una bajada de tensión y más tarde tuve otra dolencia distinta. En esta última me dieron un primer diagnóstico erróneo que causó que empeorara mi estado de salud.
En la actualidad, voy a una psicóloga de pago en el lugar donde resido. Se lo agradezco a mi pareja porque es quien me paga las sesiones, pero al mismo tiempo me siento mal por ello. No sé si me ayudará esta psicóloga; miedo me da que se convierta en tiempo y dinero perdidos.
La relación que tengo con mis padres ahora es una montaña rusa: o nos llevamos muy bien o nos llevamos muy mal. Con mi pareja estoy bien, pero el pánico a que me deje está presente cada día. No duermo bien, pues tengo pesadillas casi todas las noches.
En Barcelona no vivía tampoco de maravilla, pero al menos tenía una buena psicóloga, un buen psiquiatra y la diminuta posibilidad de haber retomado las clases de piano y así hacer algo con mi vida que no sea estar tumbado en la cama desganado con todo y decepcionado conmigo.
Desde la última vez que estuve por estos lares, me han pasado muchas cosas. Por desgracia, en su mayoría han sido cosas malas. O cosas que de primeras son buenas pero luego, para uno mismo, son malas.
En resumen, vivía en Barcelona y me mudé a Tarragona. Fue un cambio muy drástico pero creí que me sentaría bien, ya que dónde resido ahora es un sitio bonito; pero desde que vine aquí, las cosas me han ido muy mal. Para empezar, la psiquiatra y la psicóloga que me asignaron en la seguridad social no supieron como tratarme; de hecho, la psiquiatra se llegó a mofar porque uno de mis problemas es que tiendo a meter a todos los individuos en el mismo saco basándome en mis malas experiencias con estos. Vale, sé que no está bien, pero tampoco creo que sea cosa de risa. La verdad, me recordó a cuando un familiar mío y unas ex-amigas me juzgaron y se mofaron de mí porque de pequeño tenía problemas alimenticios. A primera instancia no tiene nada que ver, pero está el factor común de reírse a mi costa por un problema que me perjudica a la larga.
En fin, volviendo al hilo principal... También está el asunto de que retomé los estudios para sacarme el graduado de la secundaria y lo dejé a los pocos meses porque sufría mínimo dos ataques de ansiedad por día. No tenía a quien recurrir porque, de nuevo, la psicóloga y la psiquiatra de la seguridad social no me ayudaron en nada y solo acrecentaron mi desconfianza hacia los profesionales de la salud mental de la seguridad social.
Entre otras cosas que me han perjudicado a lo largo de este año, mis suegros. No los soporto, en especial mi suegra. Siempre está metiéndose donde no la llaman y poniendo en duda cada decisión que toma mi pareja. Oh, y sin hablar que considera a mis padres unos pobres de mierda de los cuales hay que alejarse como si fuera la peste...
Mis suegros no me molestarían tanto si cerrasen el hocico que tienen de vez en cuando.
Ah sí, también me independicé. Antes vivía con mis padres, y hace relativamente poco me mudé con mi pareja. El cambio me ha resultado abrumador. Una de las razones por las cuales me siento fatal por este cambio es porque no puedo aportar económicamente en casa, ya que ¿quién le va a dar trabajo a una persona que no tiene estudios ni experiencia en nada, además de que se halla en un desequilibrio emocional intenso?
Asimismo, mi salud física ha ido a peor. Hace unas semanas me dio una bajada de tensión y más tarde tuve otra dolencia distinta. En esta última me dieron un primer diagnóstico erróneo que causó que empeorara mi estado de salud.
En la actualidad, voy a una psicóloga de pago en el lugar donde resido. Se lo agradezco a mi pareja porque es quien me paga las sesiones, pero al mismo tiempo me siento mal por ello. No sé si me ayudará esta psicóloga; miedo me da que se convierta en tiempo y dinero perdidos.
La relación que tengo con mis padres ahora es una montaña rusa: o nos llevamos muy bien o nos llevamos muy mal. Con mi pareja estoy bien, pero el pánico a que me deje está presente cada día. No duermo bien, pues tengo pesadillas casi todas las noches.
En Barcelona no vivía tampoco de maravilla, pero al menos tenía una buena psicóloga, un buen psiquiatra y la diminuta posibilidad de haber retomado las clases de piano y así hacer algo con mi vida que no sea estar tumbado en la cama desganado con todo y decepcionado conmigo.
